flores para dia nublado.
flores de Ambrosius Bosschaert
Miriam I
LUIS MARIMON TAPANEZ
Miriam era eterna.
La conocí una noche en que caían desde el polvo
serpientes a su cuello.
Sus labios eran de un azul parecido a la sangre.
El resplandor se desbordaba en sus pupilas.
Cuando afloró su cabeza entre las piernas de su madre,
cogitándose como un pez sacado del agua,
era ya eterna como los abismales pozos del universo
o las flores que nacieron en los tejados
de las últimas casas del planeta.
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