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#TalDiaComoHoy en 1939 Muere William Butler Yeats, poeta irlandés, Premio Nobel de Literatura en 1923.

es mi poeta de poetas de poetas preferido y se le ocurriO hacerme este regalo, desgraciado, para que nunca le olvide. Estos hombres que amo son muy originales.




 El poeta fue sepultado en Roquebrune. Un especialista señala que la sección del cementerio donde fue enterrado fue limpiado en 1946, y los cuerpos arrojados en una fosa común. Otra versión apunta a que los soldados italianos desenterraron cuerpos para enterrar a sus camaradas.

William Butler Yeats murió  en una pequeña habitación del Hôtel Idéal Séjour en Roquebrune -Cap-Martin. La habitación tenía un balcón de hierro forjado con vista al Mediterráneo, su vista final. La esposa de Yeats, George, y su última amante, Edith Shackleton Heald, estaban a los costados de la cama. Se turnaron para velar el cuerpo aquella noche.
En 1937, los amigos irlandeses de Yeats habían recolectado dinero para hacer más confortable la vejez de poeta y dramaturgo. En la cena en la que fue presentado, Yeats dijo que él y George pasarían el invierno en el sur de Francia, donde el clima sería más amable con su angina de pecho. “Mi gloria fue que tenía esos amigos”, escribió en Nueva visita a la galería municipal, el poema que escribió para la ocasión.
Yeats y su esposa pasaron sus últimos dos inviernos en el Idéal Séjour. “Era un lugar sencillo”, explica el profesor de Oxford Roy Foster, autor de la obra de dos volúmenes W.B. Yeats: A Life. “Ellos estaban cuidando sus centavos”.
George manejaba los billetes de tren y la logística, después de que Heald apareció para acompañar la vejez del poeta. Lady Dorothy Wellesley, con quien Yeats también tenía una relación romántica, los invitó a cenar en su villa cercana, La Bastide.
El invierno de 1938-1939 fue excepcionalmente frío, incluso para la Riviera francesa, y las heladas temperaturas agravaron el problema cardíaco de Yeats.
Hoy en día, el Ideal Séjour ha sido rebautizado la Résidence le Louisiane, y rehabilitado con verandas feas y una piscina. Por 700-900 euros se puede alquilar un apartamento de dos habitaciones allí durante una semana. Una simple placa, colocada por la Biblioteca Irlandesa Princesa Grace en 1995, dice lo siguiente: “William Butler Yeats, ganador del Premio Nobel, vivió y murió aquí, 1938-1939”.
En la noche del 28 al 29 de enero, Yeats dio a Heald el manuscrito de Are You Content? y The Spirit Medium, poemas escritos a ambos lados de una hoja de papel en los últimos días de la vida del poeta. George también dio la pluma estilográfica de Yeats y el pequeño diccionario Oxford a Heald.
A Wellesley, George dio el manuscrito de la última obra de teatro de Yeats, The Death of Cuchulain, que el dramaturgo completó justo antes del Día de Año Nuevo. Una semana antes de su muerte, Wellesley escribió que “nunca había visto [a Yeats] con mejor salud, ingenio, encanto y vitalidad”. Pero tomó un giro hacia lo peor, y el 27 de enero George Wellesley pidió a Wellesley “regresar y encender la llama”.
Al igual que su alter ego Cuchulain en la obra que acababa de escribir, Yeats estaba muriendo rodeado de mujeres. “Estas mujeres interesantes se congregaron a su alrededor , tratando de mantenerlo con vida, tratando de mantenerlo inspirado”, relata José Hassett , autor de W.B. Yeats and the Muses.
El libro de Hassett relata romances de Yeats con nueve mujeres, “y había otros”, explica. “¿Cuáles eran esas relaciones? Eran apasionadas. Tenían un elemento erótico. ¿Qué más necesita el lector saber? En ellos encontró el estímulo creativo”.
“Si muero, entiérrenme allí [en el cementerio de Roquebrune]”, dijo Yeats a George. “Y luego, en el plazo de un año, cuando los periódicos se hayan olvidado de mí, desentiérrenme y plántenme en Sligo”.
Yeats fue sepultado en Roquebrune. Pero no está claro si George por error envió el cuerpo a una fosa común, a cinco o 10 años de caducidad, como ella señalaba.
Yeats había predicho la Segunda Guerra Mundial, en The Second Coming. Comenzó el poema en el mes de septiembre siguiente, atrapando sus restos en Roquebrune. De acuerdo con un libro de 1988 escrito por Diana Souhami, la sección del cementerio donde fue enterrado fue limpiado en 1946, y los cuerpos fueron arrojados en una fosa común. Otra versión dice que los soldados italianos desenterraron cuerpos para enterrar a sus camaradas.
Yeats llevaba una armadura de cuero para una hernia. Alfred Hollis, un inglés que murió en Roquebrune dos semanas después de Yeats, sufría de tuberculosis de la columna vertebral y llevaba un corsé de acero quirúrgico. Un cuerpo que llevaba algún tipo de dispositivo fue exhumado en 1948 por orden del ministro de Relaciones Exteriores francés. Que los sepultureros y los funcionarios franceses involucrados distinguieran entre una armadura y un corsé es incierto, y algunos creen que Hollis, no Yeats, fue enviado para su entierro en Sligo.
Una guardia francesa de honor militar acompañó el cuerpo hacia el puerto de Villefranche, donde fue embarcado en la corbeta naval irlandesa Macha. George, los hijos de Yeats, Michael y Anne, el hermano del poeta, Jack, y una guardia militar irlandesa de honor esperaron la nave en el puerto de Galway el 17 de septiembre de 1948. Como ministro de asuntos exteriores, Seán MacBride, el hijo del gran amor de Yeats Maud Gonne, representó al gobierno irlandés.
En el funeral, el poeta Louis MacNeice supuestamente dijo: “Están enterrando al hombre equivocado”. Los restos fueron colocados “Bajo la cabeza desnuda de Ben Bulben/ En el cementerio de Drumcliff”, como Yeats lo pidió en el poema que escribió en Roquebrune poco antes de su muerte. Michael, el hijo de Yeats,  insistió en que se midieran los huesos, y que coincidieran con la estructura del cuerpo de WB. El académico Ann Saddlemyer, un amigo íntimo de George Yeats, examinó los documentos franceses y llegó a la conclusión que era el cuerpo de Yeats el que fue exhumado.
La pregunta fue dolorosa para las familias de Yeats y Hollis, que decidieron abandonar el tema. Una prueba de ADN es poco probable. “Este tipo de controversias son comunes en todos los santuarios”, explica el profesor Warwick Gould del Departamento de Inglés de la Universidad de Londres, evocando la “bardolatría” y va más allá de desenterrar a Shakespeare en Stratford. Yeats, añade Gould, fue “el más grande poeta desde Shakespeare”. Él ve la polémica como un signo de “estatus de culto” de Yeats, y abunda que “nadie duda que Yeats escribió los poemas”.
Yeats es uno de los raros premios Nobel que escribió gran parte de su mejor obra después de ganar el galardón, en su caso en 1923. Cuando el cuerpo de Yeats falló, él escribió “con una energía y radicalismo extraordinarios”, indica el profesor Foster.
“Su oleaje creativo, que se remonta a los años 30 del siglo pasado, lo conservó hasta su muerte. Esos poemas de la década de 30 son algunas de las cosas más emotivas que jamás escribió, poemas como LapislázuliLa deserción de los animales de circo y largo Long-Legged Fly son logros extraordinarios, y llegaron al final de su carrera como escritor. El sentido de mortalidad del poeta las infunde con una especie de grandeza y un sentido trágico. Pero la importancia de la alegría en el rostro de la muerte es un tema constante en la obra tardía”.
Yeats creía que la virilidad era parte integral de su don poético. Cinco años antes de su muerte, el cirujano de Londres Norman Haire realizó la “operación Steinach”, una vasectomía parcial, para restaurar su potencia. Haire indiscretamente dijo al biógrafo de Yeats, Richard Ellmann, que la operación fracasó, aunque el poeta pensaba que había sido un éxito. Él escribió que era “el fermento que ha llegado a mi imaginación” a la “segunda pubertad extraña que la operación me ha dado”.
Dos años antes de su muerte, Yeats escribió en su autobiografía que un poeta “nunca es el conjunto de accidentes y la incoherencia que se sienta a desayunar; él ha renacido como una idea, algo previsto, completo”.
Al escribir casi hasta el momento de su muerte, Yeats parecía encarnar la noción de vida prevista del poeta. “Murió cuando estaba listo”, escribió Seamus Heaney en The Irish Times el 28 de enero de 1989, en un artículo para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Yeats. El fallecimiento del poeta fue “más una cuestión de cierre artístico que de extinción física o ajuste de cuentas moral”, añadió Heaney.
“Al leer a Yeats puedo sentir a veces una transmisión de fuerza peligrosa, como se sentía uno de niño, parado solo en los campos cerca del temblor de los postes eléctricos, bajo el chisporroteo de las líneas de energía”, señaló Heaney. Llamó a Cuchulain Comforted, el poema que Yeats completó 15 días antes de su muerte, “uno de las más grandes expresiones en el lecho de muerte.
Por primera vez en su vida, Yeats escribió en terza rima, la difícil métrica utilizada por Dante en Divina comedia. El poema fue el equivalente literario de live- blogging. “Lo que él estaba experimentando le daba forma y significado, incluso, cuando ya que estaba ocurriendo”, añadió Heaney.
Casualmente, el amigo de Heaney Joseph Brodsky murió el 28 de enero de 1996. En Audenesque, un poema que conmemoraba la muerte de Brodsky, Heaney escribió: “Por lo tanto, Joseph, en este día/ en el aniversario de Yeats/ (Doblemente marcado y la muerte – marchando a una cita / Enero veintiocho)”.
Auden escribió de Yeats: “Fuiste tonto como nosotros; tu regalo sobrevivió a todo”, burlándose de lo que llamó “el lado California” del poeta.
Paula Meehan, la actual profesora actual de irlandesa de poesía, lamenta que el interés de Yeats en las cartas del tarot, la escritura automática, las sesiones de espiritismo y el ocultismo haya sido ignorado durante tanto tiempo.
“A medida que envejezco, me parezco más y más al soñador Yeats”, escribe Meehan, “el hombre que confiaba en la intuición. Todo su don fue predicado en el sueño dentro de él, desde su primer encuentro poderoso en Howth cuando era adolescente, cuando escuchó latir el corazón de la Gran Madre. Necesitamos ese tipo de ruptura natural ahora”.
Aunque los dos grandes poetas de Irlanda eran muy diferentes, la comparación es inevitable. “No puedo dejar de pensar en Seamus Heaney cuando pienso en la muerte de Yeats”, explica Terence Brown, miembro emérito del Trinity College de Dublín. “Ambos eran verdaderamente figuras nacionales que hicieron de los lugares de donde provenían –ya fuera Sligo o Bellaghy en Derry— el tipo de la poesía que se habla en el mundo. Dieron una gran honra a Irlanda. Yeats vivió y escribió sobre la guerra civil. Heaney vivió y escribió acerca de los trastornos. Ambos mostraron cómo la poesía nos permite y nos ayuda a comprender y sobrevivir”.

Tomado de: The Irish Times. Enero 28, 2014.
Traducción: José Luis Durán King.

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