El globo rojo.

Miguel Macaya

 Por Joel Rojas Perez


Estas palabras, sin imágenes, porque una imagen de una realidad falsa te muestran sin rigor y es algo que destruye no sólo el argumento sino a la imagen misma, van dirigidas a ti, artista activista. A ti que no has podido dar el salto, que has buscado permanecer crítico, creando en tu mente realidades paralelas entre aquella dictadura y la libertad que te soporta. 

Que así mismo no puedes ya pensar en el arte más allá de guerrear y te lanzas a la plaza pública como las moscas,
(huye a tu soledad te diría aquel loco filósofo), incentivando el odio diciendo que es amor, y que regresas a producir una obra para tirarnos de las orejas, aleccionarnos con el mensaje y acusar y acusar a tu gente, y a otros artistas por no estar en tú órbita. 

De qué te sirve, si ves bien la exclusión, la censura, la omisión totalitaria del otro por opiniones contrarias a las tuyas? Crees que por repetir y repetir se hará verdad la mentira?

Es para un Sí, pero no. No me hubiera gustado esto pero mi sorpresa ha sido grande, a un comentario que hice sobre seguir siendo un maldito en la post-guerra, de allá donde aglutinan e investigan, me han regañado por no participar de la guerra a Trump, de la izquierda militante, y que por eso yo merecía ser excluido y nuevamente censurado. 

Esto me lo ilustran y todo con unas obras horribles de alguien "ocurrente" que iguala a genocidas con presidentes. Así se repitió después con acusaciones de todo tipo, pitando regao, diría un cubano. 

La izquierda te pedirá siempre que te definas, te denunciará, si no te entregas y no lo ocultas. Si eres artista, te creará una atmósfera de rechazo en donde quiera que pueda, te apartará. En realidad nada de eso me importa mucho, ya a estas alturas solo me queda mi libertad personal. No censuro a nadie, que cada quien piense como quiera, puedes ser lo que quieras, mientras no ataques personalmente y acuses falsamente, todo estará bien, incluso ataques los dejo pasar, no bloqueo, como ha hecho ahora este artista. Pero porqué callar?

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