UNO QUISIERA A VECES
UNO QUISIERA A VECES
Uno quisiera a veces
comprarse veinte gramos de alegría,
o diez de buena paz, o de silencio,
o quince, bien pesados de esperanza, o de olvido.
Hay momentos en los que bastaría
que una dulce muchacha nos vendiera
media vara de amor,
aunque no fuera de la tela mejor.
Y hay noches tan de isla
sin descubrir,
sola en medio del mar,
que se conformaría
comprando diez centímetros,
aunque estuviera usada,
de ternura.
Y hay mañanas así,
de tanta helada espina
molestando allá adentro,
que uno podría
sentirse hasta feliz, si le vendieran
una sonrisa amable
del tamaño
de una moneda de a centavo.
Uno quisiera a veces,
pero ocurre que siempre
ocurre ese querer,
en los días feriados en que cierran las tiendas de ocasión,
donde suelen vender
artículos variados
sólo para uso interno
del corazón.
FÉLIX PITA RODRÍGUEZ
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