Cuidado con la astilla de palo
Dendrofilia: gente que practica sexo con vegetales (y muebles)
La Asociación Nacional de Sexualidad Educativa destaca la importancia de que los dendrófilos no condicionen su excitación psicológica al contacto con plantas y derivados
MADERA
Derivada de la dendrofilia viene también la fascinación por la madera, algo que el colectivo BDSM conoce bien y no sólo por su afición a los instrumentos y materiales propios del medievo. El testimonio de Eva A. resulta muy revelador. Confiesa sentirse irresistiblemente excitada al contemplar cierto tipo de suelo: “Me suelo fijar mucho en estas cosas. Cuando veo un suelo de madera gruesa, limpia y pulida, me empiezan a asaltar ideas sobre lo que podría hacer sobre esa superficie. Llego a desear quedarme sola para observarla a mi antojo sin que me digan nada. También me puedo sentir atraída hacia muebles o puertas, sobre todo si son antigüedades, pero hay que tener un cuidado especial en estos casos con la limpieza, la posibilidad de arañarse, de clavarse astillas, etc”.
FLORES
“Me afecta ver cómo florecen mis plantas. Observar el proceso, percibir los olores… todo eso me excita de alguna manera, es como pornografía muy bonita y lenta”
El uso de flores con fines eróticos está muy extendido en nuestra cultura, los pétalos se consideran afrodisiacos y se venden como objetos cargados de gran potencia sensual. Perfuman, acarician el cuerpo y su suave tacto puede proporcionar un roce intenso y delicado. Los testimonios de personas que han usado flores para proporcionarse placer sexual en soledad y compañía son numerosos. “Me afecta mucho ver cómo florecen mis propias plantas. No hago nada con ellas, pero observar el proceso, percibir los olores… todo eso me excita de alguna manera, es como pornografía muy bonita y lenta”, reflexiona Lydia B. acerca de la explosión de belleza que tiene lugar en su propia terraza.
Aunque abarque desde una hierba hasta una rama, en principio la atracción fundamental a la que se refiere la dendrofilia está relacionada con la figura del árbol. La palabra en sí viene a significar amor hacia los árboles, por lo que sus practicantes suelen aprovechar los huecos o protuberancias que aparecen en la corteza del tronco con diferentes fines eróticos.
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