Un poema de Carilda Oliver Labra
Rembrandt
Última elegía
Yo podría decir que estoy en primavera
bajo un aire oloroso a luz definitiva,
y podría tapar la mirada bisiesta
que se me está cayendo afuera de la vida;
y ser de flor, de lluvia, de mariposa buena,
semejante a este cielo cuidado por la brisa,
a la ignorancia simple con que quiere una abuela,
o a la salud del alba, que es casi campesina...
Pero me estoy llorando el corazón que llevo,
frente al hombre que tiene un poco de mi frío.
Ya no puedo dormirme con párpados violentos:
él me espera despierto en la calle del vino.
Quizás debo acordarme de este color que tengo
y debo ser más tibia que un rincón del olvido.
Le diré blandamente con mi voz de febrero:
Enséñame una llama que se apague distinto.
Y estaremos las noches que le falten al tiempo
en el lugar humilde donde se acaba un trino:
él, con frente inútil que le puso el invierno,
y yo, como un adiós sujeto en el vacío.
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Carilda Oliver Labra
Matanzas, Cuba - 1922
Poetisa, abogada, profesora de dibujo, pintura y escultura. Nació en Matanzas, el 6 de julio de 1922. En la Universidad de La Habana alcanzó el título Doctora en Derecho Civil. Recibió el Premio Nacional de Poesía por su libro Al Sur de mi Garganta en 1950. En 1987 le fue otorgada la Distinción por la Cultura Nacional. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1997. Es autora de una vastísima obra poética, entre cuyos títulos cuenta Al sur de mi garganta (1949), Canto a Martí (1953), Las sílabas y el tiempo (1983), Calzada de Tirry 81 (1987 y 1994), Se me ha perdido un hombre (1992 y 1998), Biografía lírica de sor Juana Inés de la Cruz (1998) y Error de magia (2000).
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