el tipo que danza

Richard Newton, es el  hombre molesto que vemos con un gorro de dormir rojo, y  desde la ventana de su  habitación, apunta a un tipo que baila una espiritual coreografía en su jardín (Aguatinta,  grabado coloreado a la mano de  1792.
No es para menos, despertarse con un tipo que baila con mucho ardor, en los bajos de casa.



Jueves [6 de febrero de 1834(?)]

  Mamá:


  No te escribo para pedirte perdón, porque sé que ya no me creerías; te escribo para decirte que es la última vez que me dejan sin salida, que de ahora en adelante quiero estudiar y evitar todos los castigos que podrían, aunque más no fuera, retrasar mi salida. Es realmente la última vez, te lo juro, te doy mi palabra de honor. Voy a estudiar; lo creas o no, estarás obligada a creerlo cuando te haya dado pruebas de un cambio completo. No me atrevo a interrumpir el inglés, que me lleva tiempo, porque, como lo empecé y ya lo abandoné el año pasado, me parece que sería una vergüenza no terminar. Este año, sin embargo, ando flojo en la clase, y deseo firmemente ponerme al nivel de los que el año pasado eran tan buenos como yo. Mi padre debe de estar muy disgustado; pero dile en mi nombre lo que te escribo, dile que me arrepiento mucho de no haber estudiado estos tres meses que acaban de pasar. No es una promesa vana; me acordaré de que te juré que estudiaría. Y aunque me haya venido muy abajo, todavía tengo bastante sentido del honor como para no frustrar tu esperanza por segunda vez, sobre todo después de haberte dado mi palabra. No obstante, las mejores acciones del mundo son los actos y no las palabras. Espero que pronto pueda darte pruebas de mi sinceridad. Espero que el jefe de estudios ya no tenga quejas que presentarte sobre mí. Estudiando, volveré a ocupar el sitio honroso que tenía en la clase del año pasado.

  Tráeme por favor al colegio, si no estás enferma, pomada para los labios, porque hace mucho que me duelen.


  Tu hijo CHARLES, muy descontento por causarte tantos disgustos.


  Si a causa de mi mala conducta no quieres traerme tú misma lo que te pido, y si es Joseph el que viene, que me traiga en una cesta o en una cartera los siguientes libros para Songeon, que me expresó su deseo de leerlos, y que tú tendrás la amabilidad de tomar de mi armario:

  Grandeza de los romanos;

  Convalecencia del viejo cuentista;

  Obras selectas de Gresset;

  Viaje de Levaillant (los dos tomos).

***

[Febrero de 1834(?)]

  Mamá:

  Te va extrañar mucho que hoy también me haya quedado sin salida; sin embargo, no he faltado a mis promesas; ya desde el momento en que envié mi última carta puedo asegurar que mi aplicación y mi conducta han mejorado mucho; pero la primera semana (ya estábamos a mediados de la quincena cuando escribí la carta) influyó tanto en el informe de conducta que eso solo hizo que me dejaran sin salida. Sin embargo, la segunda semana mejoró un poco mis notas, ya que todo lo demás es bastante bueno, tanto en la división como en la clase. Privado desde hace mucho del gusto de verte, le ruego a papá que emplee un ardid muy inocente. Si sigo estudiando como lo vengo haciendo desde hace una semana, no podrán negarme para el jueves que viene certificados satisfactorios sobre mi aplicación y mi conducta. Los presentaré. Si papá consiente en alegar ante el jefe de estudios la mala salud que tienes desde hace unos días, podré esperar un permiso especial para salir. Mis calificaciones han sido buenas y estoy décimo primero en traducción inversa y cuarto en historia natural. Sabía mucho para mi examen de historia natural.

  Tu hijo CHARLES




Charles Baudelaire - Querida mamá. Cartas a la madre 1834-1859. Ediciones De La Mirándola, enero de 2015, 561 páginas, ISBN 978-987-3725-03-

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