el mal avanza



Necrológica de los desilusionados del amor
CARLOS DRUMMON DE ANDRADE

Los desilusionados del amor
se descerrajan tiros en el pecho.
Desde mi cuarto oigo la fusilería.
Las amadas se retuercen de placer.
Oh, qué material para los periódicos.

Desilusionados pero fotografiados,
han escrito cartas explicativas,
han tomado todas las disposiciones
para el remordimiento de las amadas.
Pum pum pum adiós, enojada.
Me voy, tú te quedas, pero nos veremos
sea en el claro cielo o el turbio infierno.

Los médicos hacen las autopsias
a los desilusionados que se mataron.
Qué grandes corazones poseían.
Vísceras inmensas, tripas sentimentales
y un estómago lleno de poesía…

Ahora vamos hacia el cementerio
a llevar los cuerpos de los desilusionados
encajonados competentemente
(pasiones de primera y segunda clase).
Los desilusionados siguen ilusionados,
sin corazón, sin tripas, sin amor.

Única fortuna, sus dientes de oro
no serán un lastre financiero
y cubiertos de tierra perderán el brillo
mientras las amadas bailarán una samba
brava, violenta, sobre sus tumbas.

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