Mireya Robles
Hoy es el aniversario de Mireya Robles, mujer que respeto, admiro y amo por su presencia y obra.
DESEO COMPARTIR SU ESPACIO web y enviar mi reconocimiento y querer.
Nunca podría rechazar a esa mujer
que viene por el largo camino
con su verdad entre los dientes
con su verdad azul como un trapo virgen
abanderando su dignidad
recogida en un arrullo del desierto
alimentada de hambre
cuadriculada en esa espera
donde ya no acechan los buitres del tiempo
su sombra dilatada en la distancia
Si todos los puntos
donde habíamos de encontrarnos
han sido devorados por aquellas visiones de Patmos,
cuando todo se haya exterminado
cuando los últimos granos de hierba
hayan escapado de la tierra,
iré cabalgando en la ira
de esta pobreza inútil
excavada para el yermo
Sólo el silencio entonces
sólo este silencio mío
buscando entre los muertos
tu silencio.
LA SOLEDAD SE ALARGA POR UN CAMINO QUE YA NO CONDUCE A OZ
Me miro en el espejo
y me devuelvo la mirada de mí misma
Otros párpados, cerrados, conjuran silencio
En mí,
el gato que ladra por el pincho atravesado en la garganta
el perro que maúlla sus discordias a la luna
Ante esta anchura,
salto un requiem para la muerte
salto un requiem
salto
hasta que nacen ojos
en las páginas que escribo.
Sunnyside, New York
septiembre 3, 1984
Sólo he venido al mundo
para abrirte un camino
En mi tercer nacimiento,
notas abismales
profundas carcajadas
de hienas en rosario
esqueletos ancestrales
jardines submarinos
buganvilla silvestre
de flores quemadas
Nos lleva el tiempo
en vértigo
envueltas
en algas marinas
casas de momias
antiguas momias
tropezando el vientre abierto del espacio
rompiendo la rama de mis manos
en las tempestades de los siglos
sin horas para el reposo
girando en la vorágine
la fuga del viento
nos envuelve
y el barro de mis manos
diestras al llanto del insomnio
amasan para ti
eslabones de células
átomos invisibles
cuerpos lumínicos
para sellar en tu carne
un nuevo hechizo
Que estalle el sonido
de las hojas
en los troncos torcidos
del escarnio
hasta encontrar
en el fondo de la tierra
el milagro desnudo
de una palabra nuestra.
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