FOTO BREVE
Retrato del siglo XVI de Jacopo Ligozzi: janisario con oso
poema de
Alberto Sicilia Martínez
FOTO BREVE
Y bajamos por la galería Este
hasta perdernos en un laberinto
de calles apagadas
y salir a los arrecifes de la costa sur
en la Boca o en María Aguilar
con erizos cobardes y barcos portugueses
tengo la grabación las palabras finales del discurso
y el sonido del mar que insiste
contra el borde de la isla
guardo la foto en blanco y negro de un cuerpo joven
con gotas de agua sobre el rostro
y en los ojos golpeante una gaviota
Los militares le negaron el saludo
y eran las once y treinta de la mañana
y era sábado más al sur
siempre pensando en el comercio del cuerpo y el pescado
lo negaron tres veces y como estaban desnudos
se masturbaron frente a la extranjera que parecía francesa
digo masturbándose a la francesa bajo el agua del sur de Trinidad
sólo por la risa destemplada
de aquella vieja y blanca puta parisina
Eran tres erizos sin uniformes
bebedores de José Arechavala
con los ojos inyectados de corales de fuego
mi recién esposa paría en un crucero
obediente de dios
intentando cruzar la piscina ovalada
y yo volví hacia ella y penetré en su interior
buscando una salida
y mientras buscaba
el mundo se sacudía por el este
y los lagartos cambiaban de color
yo iba penetrando
abriendo puertas y saltando ventanas
dentro de ella había frutas tropicales
que calmaban mi hambre y mi sed
afuera la oscuridad crecía
nos rodeaban animales más fieros
y paredes de agua turbia
algunas veces yo sacaba mis manos
para tocar sus pezones
y saber que allí estaban
Yo esperaba la paz de los senderos campestres
donde sólo se escucha el canto de los pájaros
y la brisa entre las ramas
yo esperaba la paz de los senderos
yo esperaba la paz.
Y bajamos por la galería Este
hasta perdernos en un laberinto
de calles apagadas
y salir a los arrecifes de la costa sur
en la Boca o en María Aguilar
con erizos cobardes y barcos portugueses
tengo la grabación las palabras finales del discurso
y el sonido del mar que insiste
contra el borde de la isla
guardo la foto en blanco y negro de un cuerpo joven
con gotas de agua sobre el rostro
y en los ojos golpeante una gaviota
Los militares le negaron el saludo
y eran las once y treinta de la mañana
y era sábado más al sur
siempre pensando en el comercio del cuerpo y el pescado
lo negaron tres veces y como estaban desnudos
se masturbaron frente a la extranjera que parecía francesa
digo masturbándose a la francesa bajo el agua del sur de Trinidad
sólo por la risa destemplada
de aquella vieja y blanca puta parisina
Eran tres erizos sin uniformes
bebedores de José Arechavala
con los ojos inyectados de corales de fuego
mi recién esposa paría en un crucero
obediente de dios
intentando cruzar la piscina ovalada
y yo volví hacia ella y penetré en su interior
buscando una salida
y mientras buscaba
el mundo se sacudía por el este
y los lagartos cambiaban de color
yo iba penetrando
abriendo puertas y saltando ventanas
dentro de ella había frutas tropicales
que calmaban mi hambre y mi sed
afuera la oscuridad crecía
nos rodeaban animales más fieros
y paredes de agua turbia
algunas veces yo sacaba mis manos
para tocar sus pezones
y saber que allí estaban
Yo esperaba la paz de los senderos campestres
donde sólo se escucha el canto de los pájaros
y la brisa entre las ramas
yo esperaba la paz de los senderos
yo esperaba la paz.
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