Cómo creer en su duende.
De cuentos de hadas de Henry Morley, ilustrado por Charles H. Bennett, 1867. Cómo creer en su duende.
Lourdes María González Herrero
(Holguín, 1952)
HÁBILES HAN DE SER
Hábiles han de ser los escritores, ya que no tienen ante sí las fantasías ni las rarezas y con sólo una orden deben hacer funcionar las ideas.
Muy hábiles han de ser para que un poema o un cuento se parezca a ellos y ellos a la vida y la vida de ellos a la cultura nacional.
Y hábiles han de ser porque si nadie los descubre, si después de veinte años ya nadie los descubre, por razones diversas y conversas, entonces ellos mismos han de leerse enteramente y siempre, y amar sólo aquello que sintieron y sentir sólo aquello que escribieron, y se les va la vida en las palabras y no pueden renunciar porque no saben.
Hábiles han de ser, y casi locos, para tornarse hilos de letras y dejar, obviar a los demás, importándoles sólo la forma, la imagen, las puertas que nunca se abrirán si por razones disímiles alguien no los descubre y hace que sus palabras, unidas por amor y por horror, lleguen a ser leídas.
Hábiles, muy hábiles han de ser los escritores.
Lourdes María González Herrero
(Holguín, 1952)
HÁBILES HAN DE SER
Hábiles han de ser los escritores, ya que no tienen ante sí las fantasías ni las rarezas y con sólo una orden deben hacer funcionar las ideas.
Muy hábiles han de ser para que un poema o un cuento se parezca a ellos y ellos a la vida y la vida de ellos a la cultura nacional.
Y hábiles han de ser porque si nadie los descubre, si después de veinte años ya nadie los descubre, por razones diversas y conversas, entonces ellos mismos han de leerse enteramente y siempre, y amar sólo aquello que sintieron y sentir sólo aquello que escribieron, y se les va la vida en las palabras y no pueden renunciar porque no saben.
Hábiles han de ser, y casi locos, para tornarse hilos de letras y dejar, obviar a los demás, importándoles sólo la forma, la imagen, las puertas que nunca se abrirán si por razones disímiles alguien no los descubre y hace que sus palabras, unidas por amor y por horror, lleguen a ser leídas.
Hábiles, muy hábiles han de ser los escritores.
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