Ha muerto en exilio el poeta cubano Pedro Assef.
Que el poeta encuentra paz tras esta batalla en la tierra.
Ange empreinte, ©Margarita García Alonso
“Siempre escribo tu nombre bajo el agua”
Con el tiempo se me han ido desprendiendo tus ojos
el nombre de la calle
la esquina en que la lluvia te hizo un pájaro herido
que yo fui levantando hasta mi boca
Nadie / antes que tú llegaras
abandonó la belleza por mí
dejó toda la luz y todo el cielo
y caminó humildemente tras mi sombra
nadie dejó mi pecho como un faro
como un imperio en la penumbra que trasciende
Nadie / antes que tú llegaras
me dijo amor mientras moría
II
El día o la noche que me toque partir
voy a ponerme tu camisa blanca
y así cuando me veas dormido para siempre
reirás y llorarás a cátaros sobre mis ojos
y tus lágrimas irán despegando poco a poco mis párpados
hasta encontrarse con el mar
igual que el primer día de la primera vez que te abrazaba
con esta lengua torpe
con esta mano oscura
sabré que no triunfó el amor sino el olvido
pero veré desde la muerte cómo crece tu aliento
cómo se va inclinando tu hermosura hacia mí
(P Assef)
Dallas,Texas, invierno de 2012
yo soy quien está junto al árbol talado
lo otro es el tronco seco
lo otro soy yo con la mano difícil
sobre lo que antes fuera la carne de la tierra
lo del fondo es la noche
el negror es la noche
la multitud es la noche.
portada de William Rios.
Tuve la honra de editar un poemario a ASSEF, EL ARBOL EN EL MAR, eDITIONS hoy no he visto en PARAISO,
disponible en BUBOK. Amigo que amaba a Fayad, de largos correos, fiel y entregado como un hombre honrado, mi sentido dolor, abrazos a su hijo, a la familia.
yo soy quien está junto al árbol talado
lo otro es el tronco seco
lo otro soy yo con la mano difícil
sobre lo que antes fuera la carne de la tierra
lo del fondo es la noche
el negror es la noche
la multitud es la noche.
portada de William Rios.
Tuve la honra de editar un poemario a ASSEF, EL ARBOL EN EL MAR, eDITIONS hoy no he visto en PARAISO,
disponible en BUBOK. Amigo que amaba a Fayad, de largos correos, fiel y entregado como un hombre honrado, mi sentido dolor, abrazos a su hijo, a la familia.
Recuerdo que José Martí, alguna vez escribió, que todo hombre fuera de su patria era un árbol en el mar, y así me he sentido yo durante esta década de vida lejos de mi tierra. Sea pues, esta breve antología, un homenaje al más alto y puro de todos los cubanos.
Estos textos, que he entregado a la proverbial agudeza de Margarita García Alonso, los he seleccionado siguiendo un gusto personal, como ella me pidió que hiciera, por lo cual desearía que fueran asumidos así, lejos de tendencias estéticas, escuelas o improntas generacionales.
Aquí se resumen veinticinco años de creación literaria (1986-2011), donde el trabajo con las estructuras clásicas de la poesía en lengua españolas, ocupa el peso mayor. Renovar la sensibilidad lírica de las formas tradicionales, ha sido el empeño de todos estos años, y lo que más deseo es que ustedes adviertan las ansias de esta pasión.
Quiero escribir mi agradecimiento profundo a Chanito Isidron y Raúl Ferrer, que han muerto. Raúl Luis, José Pérez Olivares, Rafael Alcides Pérez, Abel Prieto, Raúl Tápanes, Fredo Arias de la Canal, Francisco Henríquez y Heriberto Hernández, quienes durante este cuarto de siglo han estimado, y publicado algunos de estos versos.
En la poesía caben todas las formas de la literatura. Un poema puede ser una novela concentrada o una crítica concluyente; pero la poesía no existe hasta que no aparece el lector y se encuentra, o reconoce a los suyos en ella. Yo hice de las palabras una forma de vida, que ahora estoy entregando a ustedes, con estremecimiento y con lealtad.
Pedro Alberto Assef
Primer día de primavera de 2011.
Charlotte, Carolina del Norte.
Esta casa que tiene su pradera
interior, sus animales impuros,
sepultará mi voz y sus conjuros
bajo el derrumbamiento de la espera.
Hombre, qué fuiste, qué menuda fiera
adentro habita de tus soledades,
cómo te escaparás de las verdades
que regresan tullidas desde afuera.
Me cago hasta en la madre de los dioses
si no pueden sacarme de este enredo.
Mira, padre, si acaso yo no puedo
salir todo lo limpio que quisiste,
recuerda, tú también te me moriste
y yo no pude, padre, y yo no puedo.
Pedro Alberto Assef
Ciego de Ávila, Cuba, 1966. Estudió filología en la Universidad Central de las Villas, donde se graduó con un estudio sobre la obra poética de Carilda Oliver Labra, que sería publicado como libro por el Frente de Afirmación Hispanista de la Ciudad de México, bajo el título Expresión crítica al universo poético de Carilda (FAH, 2002) Presidió la Filial de Literatura de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en su provincia, y fue Especialista Principal del Centro del Libro y la Literatura, donde fundó la publicación Hojas al Viento y la Distinción Ávila de Poesía.
En 1989 le fue otorgado el Premio “Roque Dalton” de la UNEAC por El libro de arena, y en 1998 y 1999 alcanzó el Primer Premio Nacional de Decimas a la Virgen de la Caridad del Cobre, convocado por la Diócesis Católica de Ciego de Ávila. Ha editado además, El libro del bufón, el rey y otras lealtades (Premio Provincial de la Crítica, 2001) y Antología cósmica y lírica de Pedro Alberto Assef (México, 2000).
Sus textos aparece en diferentes recopilaciones y revistas hispanoamericanas: Anuario Nacional de la UNEAC, Letras Cubanas y Arique(Cuba), La Guillotina (Asociación de Poetas Argentinos), Alma Mater (Universidad de La Habana), Estación Interior, Videncia y Norte. Ha impartido conferencia sobre literatura universal y talleres de creación poética, en centros culturales y universidades de Cuba, México y Estados Unidos.
De su obra, ha dicho el ensayista cubano Luis Álvarez Álvarez: La poesía de Pedro Alberto Assef (…) es el verso que tal vez no podría ser descrito sino por un vocablo abrumador de otras épocas: bruñido, limpiado con ásperos paños una y otra vez, incesante, inútilmente, como un remedo de un Sísifo jadeante y contenido. De aquí su trabajo con el verso y las formas líricas tradicionales, integradas a una expresión contemporánea, por momentos coloquial e irreverente. (…) Es una poesía de la angustia, del imposible sometimiento a la soledad, que deja en pulpa macerada la indagación fundamental del poeta, su confesión de soledad de la carne y el espíritu.
Pedro A. Assef estaba entonces en Carolina del Norte, Estados Unidos, donde ha ejercido el periodismo por varios años, y fundó el espacio de desarrollo literario Corazón Profundo. Es miembro de la National Asociation of Hispanic Journalists.
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