Bronzino - Ferdinando I de’ Medici as a Child. 1560
Bronzino - Ferdinando I de’ Medici as a Child. 1560
Artillero
¿Me enviaron lejos de mi gato y de mi esposaA un doctor que contó mis dientes y me empujóHacia una línea en el llano
hacia una cocina de hierro en una tienda?¿Les cabecee a las moscas de las escuelas?¿Y los luchadores se enrollaron
dentro del rastro como conejos-La sangre congelada sobre mí entablillado
como una costraRonqué, todo quieto y gris en la torretaHasta que las palmeras fuera del mar
se volvieron rosa con mi muerte?¿Y los finales del mundo aquí,
en la arena de una tumbaCon todas mis guerras encima?
¡ Cuán fácil ha sido morir!¿Tiene mi esposa una pensión
para tantos ratones?¿Las medallas hicieron regresar
mi gato a casa?
Campamento de prisioneros en un bosque prusiano
Camino al lado de los prisioneros hasta la carretera.
Peso sobre sofocado peso,sus cuerpos, apilados como madera mojada,yacen confinados o llagados con sangrecerca del calcinado almacén. Nadie viene hoycomo antesa palpar las orificaciones de sus dientes;la oscura, ahusada, común guirnaldaes doblada para sus tumbas-especie de dolor.La hoja vivase aferra al plantado provechosopino si es capaz;las ramas suspiran, hito en el verde, calmo,
respirante hito,
de esta muerta filaque los planificadores disponían para ellos...
Un año enviaron aquí un millón:
aquí los hombres eran bebidos como agua,
quemados como madera.
El sebo del bieny del mal, la estrella de esperanza del pechoconvertidos en jabón.Pinto la estrella que corté de un pino amarillo-y la plantoen suelo que ahora no rehúsaa sus cotidianos judíossu primer asilo. Pero la blanca, diminuta estrella-esta muerta estrella blanca-nada esconde, nada paga; el humola ensucia, un amarillo juego,las agujas de la guirnalda se tiznan de ceniza,una capa de escombrocubre los negros bosques con la muertede los hombres; y un último respirose encrespa en la monstruosa chimenea...
Rió fuerte una y otra vez;
la estrella ríe desde su podrido sudariode carne. ¡Oh, estrella de los hombres!
La muerte del artillero de la cúpula blindada
Randall Jarrell.Desde el sueño de mi madre caí en el Estado,
y me encorvé en su vientre
hasta que mi mojada piel se heló.
A seis millas de tierra, separado
de su sueño de vida,
me desperté ante una negra barrera antiaérea
y la pesadilla de los caza.
Cuando morí me lavaron de la torreta
con una manguera
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