Leonardo da Vinci


Observad, amigos ¡acaso no lo veis!
que no lo he sobrevivido ni menos resistido, no lo veis,
que voy hacia adentro, que 
para aquél de ahí yo voy hablando por dentro, que
me repliego y desdeño
mi cabello, que embolso mis manos
retiro mi palabra, no lo veis, 
observad,
que me marcho, que voy
cayendo, que me entrego,

y grito, porque los locos
buscan tanteando a sus protectores, como
yo a mi guarda.

Ingeborg Bachmann.

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