LAS HUESTES


William Butler Yeats.

LAS HUESTES
Cabalgan las huestes desde el Knocknarea,
y sobre la tumba de Clooth-na-bare;
Caolte arroja su cabello ardiente,
y Niam llama: "Sal, sal, ven aquí;
y no te quedes donde el fuego brilla,
llenando el corazón con un sueño mortal;
pues los pechos palpitan y los ojos fulgen:
sal al crepúsculo oscuro, sal, ven aquí.
Los brazos se agitan, se separan los labios;
y si alguno mira a nuestra impetuosa banda,
nos ponemos entre él y la acción de su mano,
entre él y la esperanza de su corazón".
Se abalanzan las huestes entre noche y día;
¿y dónde hay esperanza o acción tan hermosa?
Caolte arroja su cabello ardiente,
y Niam llama: "Sal, sal, ven aquí".
1893

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