cuquita
Island of Dr. Moreau paper doll set.
Wallace Stevens.
EL EMPERADOR DE LOS HELADOS
LLAMA al que lía gruesos cigarrillos,Al forzudo, y ofrécele batirEn tarros de cocina las concupiscentes cuajadas.Deja que las sirvientas huelguen con los mismos vestidos.
Que suelen llevar, y deja que sus galanesLleven flores envueltas en periódicos del mes pasado.Deja que ser rime con parecer.El único emperador es el Emperador de los Helados.
Llévate algo del aparadorDonde faltan tres borlas de cristal, aquella sábanaDonde ella bordaba una vez fantasíasExtendiéndola luego para ocultar su cara.Si sus callosos pies quedan fuera, lleganA mostrar qué fría y muda está ella.Deja fijar la lámpara a su vigaEl único emperador es el Emperador de los Helados.
SOLDADO HAY UNA GUERRA
Soldado, hay una guerra entre la mentey el cielo, entre el pensamiento y el día y la noche.Por eso el poeta está siempre al sol,
remienda la luna en su habitación y la cosea sus cadencias virgilianas, arriba abajo,arriba abajo. Es una guerra que nunca acaba.
Sin embargo depende de la tuya. Las dos son una.Son un plural, un derecha e izquierda, un par,dos paralelas que se encuentran aunque sea solamente en
el encuentro de sus sombras o que se encuentranen un libro en un cuartel, una carta de Malasia.Pero tu guerra acaba. Y después regresas
con seis carnes y doce vinos o bien sin ellospara andar por otra habitación... Monsieur y camarada,el soldado es pobre sin los versos del poeta,
sus compendios insignificantes, los sonidos que se clavan,inevitablemente modulantes, en la sangre.Y guerra por guerra, tiene cada una su clase de valentía.
Qué sencillamente el héroe ficticio se vuelve el real;qué alegremente con las palabras justas muere el soldado,si ha de morir, o vive del sustento del habla fiel.
Wallace Stevens.
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