A journal of a voyage round the world, in His Majesty’s ship the Dolphin
Czeslaw Milosz.
ESO
Ojalá por fin pudiera decir qué está en mí.Gritar: gente, les mentídiciendo que eso no estaba en mí,cuando eso está ahí siempre, días y noches.Aunque gracias a eso supe describir sus ciudades inflamables,sus cortos amores y juegos desmembrándose en humus,aretes, espejos, el deslizar de un tirante,escenas de alcoba y de campos de batalla.Escribir fue para mí estrategia de protección,de borrar las huellas. Porque a la gente no puede gustarleaquél que alcanza lo prohibido.
Llamo en mi ayuda a los ríos en los que nadé, lagoscon puentecillos entre cedazos, valleen cuyo eco la canción duplica la luz del anochecer,y confieso que mis extáticos halagos a la existenciasólo pudieron ser entrenamientos de alto estilo,Pero abajo estaba eso, que no me atrevo nombrar.
Eso se parece al pensamiento de alguien sin hogar, cuandoatraviesa la ciudad ajena, congelada.
Se asemeja al momento cuando un judío cercado ve aproximarselos pesados cascos de los gendarmes alemanes.
Eso es cuando el hijo del rey se dirige a la ciudad y ve el mundoreal: pobreza, enfermedad, vejez y muerte.
Eso puede ser comparado con el inmóvil rostro de alguienque entendió que fue abandonado para siempre.
O con las palabras del médico sobre la sentencia inevitable.Porque eso significa enfrentar un muro de piedray entender que ese muro no cederá ante ninguna de nuestras súplicas.
Versión de Agnieszka Kawecka
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