Poner al sol, del POEMARIO Zupia, de Margarita García Alonso
Francisco de Zurbaran - Saint Euphemia. 1637
Mal respiro, jadeo
Poner al sol
Aquí
no hay musas,
solo
vacas de cuero manchado
que
pastan al amanecer
la
finísima yerba helada.
Vacas
secas,
la
leche en conductos metálicos
corre
como riachuelo desbocado
al
pie de la ternera que tiembla.
Sensación de matadero,
-el relámpago cruza el cielo-
cruza
este cielo desconocido
infectado
de gasas de parturienta.
Pronto
expulsaré la matriz
expulsaré
el coágulo que azulea
mientras
las moscas danzan
un
tiempo infinito.
Mal respiro, jadeo
si
miro las estrellas.
Nadie me ha tocado
-nadie me toca-
donde sea
me persigue
el churre,
fango
en las manos,
cada
amanecer virutas
comején
en la nariz,
olor
a cucaracha
hasta
el retrete de palo,
donde
el latón de agua
sirve
de espejo.
La
pobreza
de
mis padres siega
un
campo de gandules,
la
infinita pobreza
en
la primavera del establo
donde
somos fieras
de
pelos erizados
sometiendo al viento
este
olor a humano
que
da hambre
a
otras bestias.
La
lejanía aprieta mi tripa,
mi
mano ha de escribir
sin
molestar a centinelas
que
velan sobre condados.
Cuento
grietas, estratégicamente
uso
la grande y oscura
-siempre
defeco y orino
antes
de viaje o contienda-
he
de proteger mi rótula
limpiar
el heno
ascender
del humus.
Espanta
un rosetón violáceo
en
medio del pecho
soy
pájaro sin isla,
urraca
de barranco
escribidora
de espectros
rodeada
de serpientes
que
fornican y empujan,
hacia
la corriente
y
sin piedad me ahogan
cuando
solo he pedido
pastorear
rebaños
donde
cae el fruto
tentador
del paraíso.
Poner al sol, del POEMARIO Zupia, de Margarita García Alonso
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