Mercury, foto NASA
Marina Tsvietáieva
Seré feliz si Usted no siente mi dolor,
Y que yo tampoco sienta nada,
Que nunca el pesado globo de la tierra
Se escurra bajo nuestros pies.
Me gusta, que pueda ser ridícula, perversa
Buscar palabras adecuadas,
Y no ponerme roja con ola sofocante
Si apenas nuestras mangas se rozaran.
Me gusta, que delante de mí Usted pueda abrazar
Tranquilamente a otra mujer,
No me condena arder en el infierno
Por no besarlo a Usted.
Y que mi cariñoso nombre, mi Cariño
No recuerde ni en la noche ni en el día…
Que nunca sobre nosotros, en el silencio de la catedral,
Cantarán el Aleluya.
Gracias a Usted -con mi mano sobre el corazón-
Que no sabe lo mucho que me ama:
Por mis noches tranquilas,
Por los raros encuentros de las crepusculares horas,
Por nuestros no paseos bajo la luna,
Por el sol que no existe encima de nosotros,
Por el dolor que no siente, lamentablemente, Usted por mí,
Por el dolor que no siento, lamentablemente, por Usted.
3 de mayo, 1915
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