Poema del Cuaderno del Moro, Margarita García Alonso, Editorial Letras cubanas, 1990
¿Sabes
más?
El
tiempo precede a las visiones,
confunde
la escritura y traza el círculo,
el
solo de un saxofón.
La
música acabará con la puerta,
escucha,
el cuerdo prueba llaves
y
la cerradura no cede.
¿Dónde
irá la palabra débil,
tu cabeza muerta,
nido
de insectos?
¿Dónde
va el hombre que no es voz?
Un
niño cruza el océano, viene de las aguas
a
rezumarse en la columna
que
ha de acompañarle mientras viva.
Herido
por los astros deja sus ojos
en
la barandilla de la noche.
Su
paz alcanza para los desolados de paisajes.
Promete
cantar como un coralillo,
pero
los hombres están enaltecidos,
guerrean,
tendrá que recurrir a sus treguas,
firmar
pactos o rematar.
Gañines
de capa y ralea le ofrecen vino,
le
enturbian la voz varada en la piedra,
entre
los labios un didracma.
Los
caballos se espantan,
le
obligan a contiendas, al peligro,
y
él abandona al pequeño,
algo alguien
un día quizás
le
devolverá el lenguaje.
Le
acompaña en la contienda un organillero
con
un pez solitario color de fuego.
Cuiden
el tiempo que deambula
por
las calles hasta el puerto.
¿Qué
tendrá con los océanos?
Navega
junto a egipcios,
romanos,
incas,
piratas
y vikingos.
Hunde la lanza y no hay firme
pero
canta
y
el pequeño existe.
Comienza
un siglo de naufragios,
el
tiempo remonta la ensenada
el
país del alma
donde
comercia el atardecer.
El
cuerpo es como un humo arrogante
que
sueña y desemboca en algún escollo
donde
le espera el niño,
¿sano
o muerto?
¿Sabes
tú,
acaso,
más que ellos?
Poema del Cuaderno del Moro, Margarita García Alonso, Editorial Letras cubanas, 1990
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