Los escritores no somos una abstracción/ Por Joel Cano.
A QUIEN PUEDA INTERESAR:
Primera aclaración: No hay nada personal en este mensaje, pero es de interés público porque mi caso no es único y hay que dejar las cosas claras de una puta vez.
Varias personas se me han acercado en Facebook para preguntarme si en la puesta en escena de la obra Antigonón se incluyen textos míos puesto que en el programa del espectáculo no aparece ninguna referencia al uso por parte del director Carlos Dìaz Alfonso y por su autor Rogelio Orizondo Gómez de fragmentos de mi obra Timeball (escrita en junio del 1989). Casi todos son personas del medio teatral, que conocen mis textos y que con sana curiosidad (porque los conozco) querían tener una respuesta.
Aprovecho aquí para dejar claro que en la puesta en escena de Antigonón se incluyen (que yo sepa) el monólogo "La soledad del Charro Jiménez", y una canción también del Charro Jiménez titulada "La machetera" (a la que han agregado un estribillo soez que no es de mi autoría).
No he visto otra cosa que fragmentos del espectáculo, pero sé que esos dos momentos son espectacularmente importantes en la obra, y la falta de referencia a mi autoría crea una desagradable estafa intelectual.
Quizás para Carlos y para Rogelio está claro que esos textos son ajenos a la obra original, pero el público que asiste a las representaciones no está al corriente y lo asumen como la obra única de Rogelio Orizondo Gómez.
No hay nada más agradable que compartir el éxito de un joven autor, sobre todo cuando el joven autor es capaz de compartirlo con aquellos que le han ayudado en tal empeño.
Nunca le pedido dinero a nadie para que monten mis obras pues no considero el teatro como un mundo propicio a la fortuna monetaria, pero de ahí a que no me den ni una migaja del crédito que me corresponde hay una frontera que se ha roto y que para mí es un gesto incomprensible.
Se trata de LIBERTAD, la libertad de elegir con quién nos reunimos para hablar de la sociedad cubana, y de cómo hablamos de ella.
¿Por qué a un autor se le confisca esa elección? El primero de mis derechos es saber para qué se usa mi obra.
Cuando fui a Cuba el año pasado Carlos y Rogelio me hablaron del por qué usaron mis textos, y me enseñaron un video para que viera el montaje... Yo esperé que después de este encuentro hubieran comprendido el error humano y profesional y enmendaran la ausencia de mi nombre, pero al parecer no ha sido así.
Los reclamos no forman parte de mi vocabulario pero viendo que nadie reacciona espero que este largo mensaje llegue a su destino, es decir, la ética profesional de quienes usan mi creatividad sin miramientos.
Hay otro problema y es que de ese espectáculo se ha hecho un DVD, se han hecho giras por muchos lugares, a mis textos se le han hecho adaptaciones etc... y lo que empezó como un chiste intertextual ya se me va haciendo una broma pesada.
Muchos dramaturgos llamados "Novísimos" se confiesan herederos de mi escritura, esto es agradable sobre todo porque no trabajo en aras de ser ejemplo para nadie, pero en nombre de la admiración no todo es posible.
Sé que hay una lucha de generaciones en el teatro, siempre será así.
Ahora mismo mi generación tiene el poder en la cultura cubana de la isla e incluso en el exilio donde la ambigüedad ideológica de muchos de sus responsables aparte de dejarme estupefacto... me avergüenza. Mi generación utiliza su poder con tanta saña como sus antecesores, incluso pienso que son mucho mas intolerantes que ellos puesto que tienen mucha mas información, viajan seguido, y son capaces de aprovechar lo mejor de cada realidad sin elegir nunca.
La cultura cubana es ahora mismo un "Sírvase usted" de séptima categoría ideológicamente hablando.
He visto mucha división humana, mucha lucha visible e invisible entre los grupos por entrar en la lista de elegidos por los dirigentes culturales. Entre los "Novísimos" y los otros (una generación sin nombre que anda errante por el mundo) se tratan de crear divisiones en las que no creo. Mi carrera es la de un maratonista solitario. Yo siempre estaré del lado de la juventud siempre que la juventud merezca mi respeto, el respeto ante la inteligencia y la falta de concesiones.
Una de las indicaciones para montar mi obra Timeball consiste en que el director o el actor pueden cambiar un texto si no les gusta, o agregar un personaje etc... Pero eso es dentro de la obra misma, que es una unidad filosófica en sí. Lo mínimo era consultarme, pero bueno, como siempre me dije "ya el mal o el bien están hechos"... Sin embargo esto sigue creciendo y siento que pierdo la única pertenencia que tengo que es mi obra. Yo no sé si "Les novissimes" de la dramaturgia cubana entienden de eso, pero al menos de apropiación lo comprendieron todo.
Aquellos que nos fuimos de Cuba sin ambigüedad ideológica, que escogimos la libertad de ser, de poder decir NO, de salvar nuestra integridad intelectual, aquellos que podemos decir sin miedo que en Cuba existe una dictadura militar, tenemos que exigir respeto a quienes en la isla utilizan nuestra obra.
Los escritores no somos una abstracción aún cuando el lenguaje de la escritura sea tan inmaterial como la música.
Mi pobre abejita obrera que luchaba contra la sociedad colectivista de la colmena ha sido utilizada por los burócratas de la cultura (no puedo tratarlos de artistas) para hacer campañas en nombre del comunismo... convirtiéndola en un emblema totalmente contrario a su rebeldía original.
Lo mestizo en el arte me es familiar, lo he practicado siempre. He incluido canciones, he utilizado lo popular y lo culto a partes iguales, pero jamás he necesitado hacer entrar la literatura ajena en mis diálogos.
Hace 22 años que vivo en Francia y no tengo que aclarar que soy un autor cubano. Este mismo año gracias a Rubén Darío Salazar Taquechel quien generosamente me invitó al Festival internacional de marionetas en Matanzas, pude entrar en contacto con el mundo del teatro para niños en Cuba y sentirme físicamente parte de una realidad artística.
Espero que esta diatriba sirva para dejar clara mi posición.
De ahora en adelante me pondré novísimo y agregaré Antigonón a mi Curriculum sin pedirle cuentas a nadie.
Primera aclaración: No hay nada personal en este mensaje, pero es de interés público porque mi caso no es único y hay que dejar las cosas claras de una puta vez.
Varias personas se me han acercado en Facebook para preguntarme si en la puesta en escena de la obra Antigonón se incluyen textos míos puesto que en el programa del espectáculo no aparece ninguna referencia al uso por parte del director Carlos Dìaz Alfonso y por su autor Rogelio Orizondo Gómez de fragmentos de mi obra Timeball (escrita en junio del 1989). Casi todos son personas del medio teatral, que conocen mis textos y que con sana curiosidad (porque los conozco) querían tener una respuesta.
Aprovecho aquí para dejar claro que en la puesta en escena de Antigonón se incluyen (que yo sepa) el monólogo "La soledad del Charro Jiménez", y una canción también del Charro Jiménez titulada "La machetera" (a la que han agregado un estribillo soez que no es de mi autoría).
No he visto otra cosa que fragmentos del espectáculo, pero sé que esos dos momentos son espectacularmente importantes en la obra, y la falta de referencia a mi autoría crea una desagradable estafa intelectual.
Quizás para Carlos y para Rogelio está claro que esos textos son ajenos a la obra original, pero el público que asiste a las representaciones no está al corriente y lo asumen como la obra única de Rogelio Orizondo Gómez.
No hay nada más agradable que compartir el éxito de un joven autor, sobre todo cuando el joven autor es capaz de compartirlo con aquellos que le han ayudado en tal empeño.
Nunca le pedido dinero a nadie para que monten mis obras pues no considero el teatro como un mundo propicio a la fortuna monetaria, pero de ahí a que no me den ni una migaja del crédito que me corresponde hay una frontera que se ha roto y que para mí es un gesto incomprensible.
Se trata de LIBERTAD, la libertad de elegir con quién nos reunimos para hablar de la sociedad cubana, y de cómo hablamos de ella.
¿Por qué a un autor se le confisca esa elección? El primero de mis derechos es saber para qué se usa mi obra.
Cuando fui a Cuba el año pasado Carlos y Rogelio me hablaron del por qué usaron mis textos, y me enseñaron un video para que viera el montaje... Yo esperé que después de este encuentro hubieran comprendido el error humano y profesional y enmendaran la ausencia de mi nombre, pero al parecer no ha sido así.
Los reclamos no forman parte de mi vocabulario pero viendo que nadie reacciona espero que este largo mensaje llegue a su destino, es decir, la ética profesional de quienes usan mi creatividad sin miramientos.
Hay otro problema y es que de ese espectáculo se ha hecho un DVD, se han hecho giras por muchos lugares, a mis textos se le han hecho adaptaciones etc... y lo que empezó como un chiste intertextual ya se me va haciendo una broma pesada.
Muchos dramaturgos llamados "Novísimos" se confiesan herederos de mi escritura, esto es agradable sobre todo porque no trabajo en aras de ser ejemplo para nadie, pero en nombre de la admiración no todo es posible.
Sé que hay una lucha de generaciones en el teatro, siempre será así.
Ahora mismo mi generación tiene el poder en la cultura cubana de la isla e incluso en el exilio donde la ambigüedad ideológica de muchos de sus responsables aparte de dejarme estupefacto... me avergüenza. Mi generación utiliza su poder con tanta saña como sus antecesores, incluso pienso que son mucho mas intolerantes que ellos puesto que tienen mucha mas información, viajan seguido, y son capaces de aprovechar lo mejor de cada realidad sin elegir nunca.
La cultura cubana es ahora mismo un "Sírvase usted" de séptima categoría ideológicamente hablando.
He visto mucha división humana, mucha lucha visible e invisible entre los grupos por entrar en la lista de elegidos por los dirigentes culturales. Entre los "Novísimos" y los otros (una generación sin nombre que anda errante por el mundo) se tratan de crear divisiones en las que no creo. Mi carrera es la de un maratonista solitario. Yo siempre estaré del lado de la juventud siempre que la juventud merezca mi respeto, el respeto ante la inteligencia y la falta de concesiones.
Una de las indicaciones para montar mi obra Timeball consiste en que el director o el actor pueden cambiar un texto si no les gusta, o agregar un personaje etc... Pero eso es dentro de la obra misma, que es una unidad filosófica en sí. Lo mínimo era consultarme, pero bueno, como siempre me dije "ya el mal o el bien están hechos"... Sin embargo esto sigue creciendo y siento que pierdo la única pertenencia que tengo que es mi obra. Yo no sé si "Les novissimes" de la dramaturgia cubana entienden de eso, pero al menos de apropiación lo comprendieron todo.
Aquellos que nos fuimos de Cuba sin ambigüedad ideológica, que escogimos la libertad de ser, de poder decir NO, de salvar nuestra integridad intelectual, aquellos que podemos decir sin miedo que en Cuba existe una dictadura militar, tenemos que exigir respeto a quienes en la isla utilizan nuestra obra.
Los escritores no somos una abstracción aún cuando el lenguaje de la escritura sea tan inmaterial como la música.
Mi pobre abejita obrera que luchaba contra la sociedad colectivista de la colmena ha sido utilizada por los burócratas de la cultura (no puedo tratarlos de artistas) para hacer campañas en nombre del comunismo... convirtiéndola en un emblema totalmente contrario a su rebeldía original.
Lo mestizo en el arte me es familiar, lo he practicado siempre. He incluido canciones, he utilizado lo popular y lo culto a partes iguales, pero jamás he necesitado hacer entrar la literatura ajena en mis diálogos.
Hace 22 años que vivo en Francia y no tengo que aclarar que soy un autor cubano. Este mismo año gracias a Rubén Darío Salazar Taquechel quien generosamente me invitó al Festival internacional de marionetas en Matanzas, pude entrar en contacto con el mundo del teatro para niños en Cuba y sentirme físicamente parte de una realidad artística.
Espero que esta diatriba sirva para dejar clara mi posición.
De ahora en adelante me pondré novísimo y agregaré Antigonón a mi Curriculum sin pedirle cuentas a nadie.
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