'Hoy no basta sólo con ser un desgraciado. Para escribir, uno tiene que tener la preferencia de no vivir'
Para escribir uno tiene que tener la preferencia de no vivir. Es decir
hay que aprovechar la mañana porque es donde nunca pasa nada e intentar
que no siga pasando nada durante mucho tiempo. Es sencillo, es una
elección: o se vive mucho o se escribe.
Michel Houellebecq
'Para escribir, uno tiene que tener la preferencia de no vivir'
Cobijado en su fatigada parka camel, de la que no se despega desde
hace años, Michel Houellebecq (Reunión, 1956), el último maldito de alto
rango para el mundo editorial, otea las profundidades de la librería de
Cartagena -más tarde allí presentará un nuevo libro con el periodista
Fabianni Belemuski- buscando una isla de confort para alejar a esa
maraña de lectores que le aguardan. Junto con el cantante Jean Louis
Aubert, acaba de publicar 'Les parages du vide', un disco donde se
musican algunos de sus poemas. Prepara también una nueva novela, de la
que nada se sabe, y en un mes verá la luz la adaptación al cómic de
'Plataforma'.
- Hace 10 años que adelantó en una novela cómo sería el deterioro de las interacciones sociales, ¿no le sorprende que la gente siga acudiendo a este tipo de actos?
- Estos encuentros sólo resultan interesantes para los lectores. Hablar delante de tanta gente a veces me bloquea. Y sí, en Francia existía el Minitel en los 80. No era difícil predecir lo que ocurre ahora.
- Después de tanto mirar, ¿cómo se prepara para seguir atendiendo a la mirilla?
- Hay que quedarse inmóvil y no participar.
- Quizá por esto le gusta tanto cambiar de país para vivir.
- Nunca tengo la sensación de estar en casa, sea el lugar que sea; puede que sea un nómada existencial.
- ¿Pero vive escondido para protegerse exactamente de qué?
- No, uno se adapta para no tener problemas. Este sistema busca destruirnos. No hay manera con que protegerse. Destruye al individuo con reglamentaciones fastidiosas y que resultan tan inútiles. El individuo siempre pierde.
- ¿Este pesimismo desde el que abre su literatura es una máscara o una treta para sobrevivir?
- Esta es una perspectiva muy antigua. De hecho existe desde la Revolución Francesa. Antes no había ni pesimismo ni optimismo. Lo que me interesa es el concepto, la idea de que las personas pueden cambiar, y esto no existía antes de la Revolución. Me siento mucho menos pesimista que los autores de finales del siglo XIX.
- ¿Sobre qué sentimientos se construye su obra?
- Tendría que pensarlo con detenimiento. Sobre todo diría que la inadecuación social.
- ¿Qué nace antes? ¿Las historias o sus personajes?
- Lo primero que viene son los personajes, el mundo y el submundo que los une. La historia es una posibilidad, una exageración que se da más adelante.
- En cuanto a la necesidad creativa de hacer novela o poesía, ¿también hay distinción?
- En el caso de la novela hay que tener pensamientos inexpresados antes de escribir, luego perseguirlos durante un tiempo, vigilarlos, no perderlos de vista. Respecto a la hora de hacer poesía, ésta no precisa pensar en nada porque todo fluye tan rápido... Surge para liberarte. Cuando termino una novela siento un vacío enorme, cuando termino una poesía no siento nada porque es algo que viene al instante o no viene.
- En su novela 'El Mapa y el territorio' se hace un 'selfie' narrativo.
- Era necesario incluirme en la novela porque en Francia no había nadie que se pareciera más que yo para ocupar ese personaje. De las tres apariciones, diré que la primera es la más próxima a lo que soy y en las dos restantes juego un poco con la caricatura.
- Hace no mucho volvía a vivir en Francia. ¿Ha empeorado con Hollande?
- Sí. Hay una limitación de las libertades creciente y una tasa de impuestos tan alta que hace que los jóvenes talentosos quieran irse.
- Y a todo esto, ¿el ascenso del Frente Nacional es un síntoma de qué?
- Es la estrategia de los socialistas para permanecer en el poder, y funciona.
- No le gusta dar consejos, ¿pero qué se necesita hoy para escribir?
- Hoy no basta sólo con ser un desgraciado. Para escribir uno tiene que tener la preferencia de no vivir. Es decir hay que aprovechar la mañana porque es donde nunca pasa nada e intentar que no siga pasando nada durante mucho tiempo. Es sencillo, es una elección: o se vive mucho o se escribe.
Commentaires