C'est la vie

Por Justo Serna
C'est la vie

Cuando Quentin Tarantino concibió la secuencia del twist con Uma Thurman y John Travolta no sabía bailar o al menos así lo demuestra durante el rodaje de Pulp Fiction. Sin duda, la bella coreografía de Uma y John es contagiosa, como contagiosa es la pieza de Chuck Berry. Tampoco es tan difícil bailar un twist. Basta con simular que te estas secando o frotando el trasero con una toalla y con mover los pies como si estuvieras apagando una colilla. De eso hablamos Alejandro Lillo y yo en 'Young Americans'.

Indudablemente, Tarantino no está ni estaba obligado a ser un virtuoso del baile, pero sus pasitos y espasmos son de patoso. Eso sí: estaba obligado por su fértil y asalvajada fantasía a pensar los mejores y más insólitos actores para consumar un twist memorable.

Cuando el ser humano haya desaparecido víctima de sus desmanes ecológicos o bélicos, probablemente lo único que quede será una colonia de cucarachas, inmunes a la radiación o al matarratas. Y en un soporte antiguo un film deteriorado con buena parte de su metraje calcinado, salvo un cachito milagrosamente entero: aquel en que dos actores se mueven con ritmo pegadizo a los sones de 'You Never Can Tell'.

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