14 puntos para dedicarte a la Literatura, por Adán Echeverría
- Sigan sus sueños sin desesperarse
- No pierdan el piso; la gente no correrá a pedirles autógrafos cuando caminen por las calles
- Sean responsables y dedicados, tengan disciplina al leer y al escribir
- Sean observadores, escriban a diario sobre lo que miran
- Jamás dejen de ser críticos consigo mismos y con los demás
- Aprendan teoría y estructuras literarias para poder leer mirándolas, y apliquen las teorías existentes a sus lecturas, para que aprendan a hacerlo con sus textos
- Nunca tengan miedo de perder algún texto; vuelvan a escribirlo, siempre les saldrá mejor, y no sean flojos para hacerlo.
- No se disfracen de escritores, ni de bohemios, ni de hípsters-sábelo-todo, ni tampoco de turistas, fans, ni groupies literarios; en la literatura lo que siempre importa son las obras y no los autores, ni la vida de los autores (menos sus fotos con los autores, pero sí las reseñas de los libros que han leído)
- No presumas lo que lees; presume mejor –mediante crítica publicada, ensayos literarios o académicos – lo que te ha dejado una lectura
- No seas una foca aplaudidora, di lo que piensas de una obra; si la leíste, y decidiste usar el tiempo de tu vida para hacerlo, nadie te puede impedir decir lo que en verdad piensas de una obra
- Deja de seguir el hit parade de la literatura que hace revistas, periódicos y editoriales, siempre hay dinero de por medio en ello; toma todos los cánones y estos hit parade como guías de lectura, abre y revisa los libros, y lee lo que te dé la gana
- Nunca persigas presupuestos de becas y concursos con vanidad; usa las fechas de sus convocatorias como fechas límite para tener disciplina en tu escritura, y participa en todos los concursos que puedas
- Nunca pierdas de vista que tienes que divertirte y aprender de ti, al escribir una obra, para comunicar tu pensamiento; los lectores de tu obra serán aquellos que quieran comunicarse contigo
- Escribe siempre con honestidad, jamás queriendo enseñar a los demás; en toda lectura hay un aprendizaje, toda obra te deja algo, hasta decir “qué mala obra” es un aprendizaje
Adán Echeverría
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