Guy Billout -Yehuda Amijai

Guy Billout

Yehuda Amijai

Encuentro de la gente del Palmaj’ 1978 en Mayan Jarod

Aquí al pie del monte Gilboa nos encontramos,
hechiceros y hechiceras, unos con otros,
y cadauno con los espíritus de sus muertos.
Había rostros que sólo después de unos días
estallaban en el recuerdo con la luz cegadora
del gran conocimiento. Pero era demasiado tarde
para volver y decir. eres tú.
Había rostros cerrados, como un buzón repleto de cartas
de hombres ausentes de sus casas durante mucho tiempo
El llanto no era llorado, la risa no era reída
y la palabra no era dicha
Había un camino, al atardecer, entre los huertos
a lo largo de los cipreses Pero no caminamos por él
hacia la oscuridad perfumada que hace recordar y olvidar
Como invitados, que tras la cena se demoran
junto a la puerta, así nos demoramostreinta años o más,
sin deseo de salir y sin posibilidad de volver
mientras los anfitriones ya se habían acostado y dormian en su oscuridad.
Quedad en paz, vivos y muertos juntos También
una bandera bajada a media asta ondea alegremente
con e! viento que sopla Y también la nostalgia es un racimo
de uvas dulces de las que se extrae vino para una alegre fiesta
Y vosotros, mis pocos amigos, marchaos ahora
y que cada uno guíe al rebaño de sus recuerdos
hacia lugares de pasto
en los que no hay memoria.

El valle angosto

Gente joven pasea por el valle angosto
donde antaño tuve una batalla:
se instalan junto al miedo
y preparan una hoguera en las zanjas de la muerte.
La más guapa se cambia el pelo de lado inclinando la cabeza. u
El más fuerte trae leña para la hoguera.
El bombardeo continúa desde entonces, pero
la carga ha mejorado, olor
de la madreselva en el aire y una melodía.
Por la tarde, cuando se van, u
se vuelve a alisar el paisaje
El valle angosto se eleva como una~arruga en la bola del mundo u
y el paisaje se vuelve plano como el olvido.

En las montañas de Jerusalen

Aquí donde las ruinas quieren volver a ser
una casa, su deseo se añade al nuestro.
Incluso las zarzas se han cansado de hacer daño y quieren ser benévolas,
y una lápida, arrancada de una tumba vacía,
ha sido puesta en la nueva muralla con su nombre y su fecha
Y está contenta porque no será olvidada.
Y los niños, que hubieran podido cambiarlo todo,
juegan entre piedras y ruinas
No quieren cambiar nada.
Una noche de amor suprimida en el Negev
hace brotar una escila en las montañas de Jerusalén,
las cosas se vacían y se llenan,
y no siempre estás con las que se llenan.
Y a lo que llamamos salvia no produce olor,
sino que abre una profunda herida en el olvido,
recuerdo de una sed antigua
Todo se ocupa aquí del oficio de la memona:
las ruinas recuerdan, el jardín recuerda,
el pozo recuerda sus aguas y el bosque plantado
recuerda sobre una placa de mármol el lejano holocausto
o incluso sólo el nombre del donante muerto
que se recordará más que otros nombres
Pero los nombres no son importantes en estas montañas,
como en el cine, cuando antes de la película
aparecen los títulos de crédito y después –
no vuelven La luz se enciende, las letras palidecen,
el telón ondulante baja, las puertasse abren y fuera es de noche
Porque en estas montañas sólo es importante el verano y el invierno,
sólo lo seco y lo húmedo también los hombres
no son sino depósitos de agua esparcidos por todas partes,
como los pozos, las cisternas y las fuentes del abismo.

El niño se cayo de la cama

El niño se cayó de la cama, a media
noche se cayó al suelo
y siguió durmiendo.
Ay, soldados, soldados,
¡aprended de eso!

Se puede confiar en el

Las alegrías no tienen padres. Ninguna alegría
aprende de la anterior y muere sin herederos
Pero la tristeza tiene una largatradición, a
pasa de ojo a ojo, de corazón a corazón.
Y ¿qué he aprendido de mi padre?: a llorar a lágrima viva, a reír a carcajadas
y a rezartres veces al día.
Y ¿qué he aprendido de mi madre?: a cerrar la boca, el cuello de la camisa,
el armario, el sueño y la maleta, a dejarlo todo otra vez
en su sitio y a rezar tres veces al día.
Ahora he dejado de estudiar. Llevo el pelo
rapado, como un soldado de la Segunda Guerra Mundial,
totalmente, y las orejas no sólo me sujetan u
el cráneo, sino todo el cielo,
Y ahora dicen de mi: “Se puede confiar en él”.
¡Por eso he venido! ¡Por eso me he desplomado?
Sólo los que me quieren de verdad,
saben que no se puede.

Segundo encuentro con mi padre

Volví a encontrarme con mi padre en el café “Atara”.
Esta vez ya estaba muerto. La tarde afuera
mezclaba olvido y recuerdo, como mi madre
mezclaba agua fría y caliente en la bañera.
Mi padre no había cambiado, pero el café “Atara”
estaba reformado Yo dije: felices aquellos
que tienen una panadería al lado de un café,
se puede gritar hacia dentro. ¡otro pastel,
otro dulce, tráigame, tráigame!
Feliz aquel cuyo padre muerto está a su lado
y puede llamarlo siempre.
Ay, el eterno grito de los niños
“¡Quiero! ¡Quiero’
hasta que se transforma en un grito de heridos.
Ay padre, vehículo de mi vida,
quiero
ir contigo, llévame un poco,
déjame junto a mi casa
y después sigue solo tu camino.
Nosfuimos. Y un solo hombre se quedó sentado en el rincón,
tenía amputada una mano
(En el anterior encuentro tenía dos manos)
Se tomó un café y dejó la taza,
se comió un pastel y dejó el tenedor,
hojeó el periódico ilustrado y lo dejó
y dejó su única mano sobre el periódico,
la dejó y descansó.

El eterno misterio

El eterno misterio de los remos
golpeando hacia atrás y la barca navegando hacia delante,
así los actos y las palabras golpean hacia el pasado
para que el cuerpo avance con el hombre dentro.
Una vez en una peluquería me senté en la silla cerca de la calle
y vi en el gran espejo gente que venia hacia mi
y de pronto desaparecían tragados por el abismo
del otro lado del gran espejo.
Y el eterno misterio de la puesta del sol en el mar:
incluso un profesor de fisica, que sabe, dice:
mira, el sol se pone en el mar, rojo y hermoso.
O el misterio de palabras como
“Pude ser tu padre”, o
“¿Qué hice hoy hace un año?”
y otras palabras así.

En la ciudad vieja

Somos plañideras de fiestas, grabadores de nombres en la piedra, u
contagiados de esperanza, rehenes de gobiernos y de historia,
cometas de viento y aspiradores de polvo sagrado,
nuestro rey es un niño llorón y guapo, u
su retrato está colgado por todas partes.
Las escaleras nos obligan siempre
a saltar como en una danza jovial, incluso u
a quien está triste y tiene el corazón endurecido.
Pero la divina pareja se sienta en la terraza u
del café: él tiene mano fuerte y brazo tendido
y ella pelo largo. Están tranquilos ahora
después de la ofrenda dejalva, miel y humo de hachis, u
los dos llevan túnicas largas y transparentes
sin ropa interior. u
Cuando se levantan de su descanso frente al sol
que cae en la puerta de Yafo, todos se quedan
mirándolos: u
dos halos blancos alrededor de los cuerpos oscuros

En las amplias escaleras – Al acecho de la felicidad

En las amplias escaleras que bajan al Muro de las Lamentaciones
vino a mi encuentro una hermosa mujer: “No te acuerdas de mí,
soy Shoshana en hebreo. De otra forma en otros idiomas. Todo es vanidad.”
Eso dijo al atardecer y permaneció entre lo destruido
y lo construido, entre la luz y las tinieblas.
Pájaros negros y pájaros blancos se intercambiaban
al ritmo de una respiración.
El resplandor de las máquinas de fotos de los turistas iluminaba también mi recuerdo
¿qué haces aquí entre lo prometido y lo olvidado,
entre lo esperado y lo imaginado?
¿qué haces aquí al acecho de la felicidad
con tu bonita cara de anuncio turístico de Dios
y con el alma partida y rasgada como la mía?
Me contestó: mi alma está partida y rasgada como la tuya,
así es más bonita
como un bonito encaje

Un pastor árabe busca a una cabra en el monte Sión

Un pastor árabe busca a una cabra en el monte Sión, u
y en la montaña de enfrente yo busco a mi hijo pequeño.
Pastor árabe y padre judío
con su fracaso temporal. u
Nuestras voces se encuentran sobre
la Cisterna del Sultán en el valle de en medio.
Los dos queremos que ni el hijo ni la cabra u
entren en el proceso
de la terrible máquina de JadGadyá.
Después los encontramos entre los arbustos,3
y nuestras voces volvieron a nosotros y lloraron y rieron por dentro. u
La búsqueda de una cabra o de un hijo
fue siempre u
el comienzo de una nueva religión en estas montañas.

Commentaires

Articles les plus consultés