Carlo Maratta (1625-Rome 1713)
Nadie sabrá jamás cómo quiero a Diego. No quiero que nada lo hiera, que nada lo moleste y le quite energía que él necesita para vivir, vivir como a él le dé la gana, Pintar, ver amar, comer, dormir, sentirse solo, sentirse acompañado; pero nunca quisiera que estuviera triste. Si yo tuviera salud quisiera dársela toda, si yo tuviera juventud toda la podría tomar, No soy solamente la madre, soy el embrión. el germen, la primera célula que- en potencia- lo engendró. Soy él desde las más primitivas y más antiguas células, que con el tiempo se volvieron él. Cada momento él es mi niño, mi niño nacido, cada ratito, diario, de mí misma.
Frida Kahlo
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