John Keats/poemas
El 24 de febrero de 1821, f alleció en Roma el poeta inglés John Keats . Nació Londres en 1795. Huérfano a temprana edad, fue educado en una escuela de Enfield . Antes de los quince años traducía a Virgilio. Se graduó luego como farmacéutico, pero sólo ejerció la profesión durante dos años, después de los cuales se dedicó por completo a la poesía.
En 1817 apareció su primera colección titulada "Poemas", seguida por "Hiperión", "Oda a Psyche", "Oda a una urna griega" y "Oda a un ruiseñor", entre otras.
Aquejado por la tuberculosis, enfermedad que había diezmado a su familia, y decepcionado por su divorcio de una joven vecina de quien se había enamorado profundamente, se trasladó a Roma, donde pese a su enfermedad y a sus problemas económicos, produjo una parte muy importante de su obra, consistente en poemas y cartas, entre las que se cuentan, "La Belle Dame sans Merci" y "To Autumn".
Canción de la margarita
Con su gran ojo, el sol
no ve lo que yo veo.
La luna, toda plata, orgullosa, pudiera
ocultarse igualmente en una nube.
Y al llegar primavera -¡oh, primavera!-
es la de un rey mi vida.
Echada entre los brotes de la hierba,
acecho a las muchachas bonitas en su paso.
Miro por los lugares donde no osara nadie
y se fijan mis ojos donde nadie los fija,
y si la noche viene,
me cantan los corderos una canción de cuna.
Feliz es Inglaterra! Ya me contentaría...
¡Feliz es Inglaterra! me contentaría
no viendo más verdores que los suyos,
no sintiendo más brisas que las que soplan entre
sus frondas confundidas con las leyendas grandes;
pero nostalgia siento, a veces; languidezco
por los cielos de Italia; íntimamente gimo
por no hallarme en el trono de los Alpes sentado,
para olvidar un poco lo mundano y el mundo.
Feliz es Ingtaterra y dulces son sus hijas,
sin artificio: bástame su encanto tan sencillo,
sus blanquísimos brazos, que ciñen en silencio;
pero en deseos ardo, a menudo, de ver
bellezas de mirada más honda, y de sus cantos,
y de vagar con ellas por aguas del estío.
Oda a la melancolía
1
No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.
2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual.
3
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta.
Versos a Fanny Brawne
Esta mano viviente, ahora tibia
Y capaz de estrechar fervorosamente,
De tal modo, si estuviese ya fría
Y en el glacial silencio del sepulcro,
Obsesionaría tus días
Y helaría los sueños de tus noches,
Que llegarías a desear
Tu propio corazón exhausto de sangre
Con tal de que en mis venas
La purpúrea vida fluyese de nuevo,
Y tu conciencia pudiese recobrar la calma...
Aquí está, mira... hacia ti la tiendo.
Y capaz de estrechar fervorosamente,
De tal modo, si estuviese ya fría
Y en el glacial silencio del sepulcro,
Obsesionaría tus días
Y helaría los sueños de tus noches,
Que llegarías a desear
Tu propio corazón exhausto de sangre
Con tal de que en mis venas
La purpúrea vida fluyese de nuevo,
Y tu conciencia pudiese recobrar la calma...
Aquí está, mira... hacia ti la tiendo.
John Keats
El filme Jane Campion, Bright Star, seleccionado en el Festival de Cannes 2009, muestra el encuentro del poeta con Fanny Brawne, quien había inspirado anteriormente a Rudyard Kipling la novela Sans fil (1902)
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