“Cet amour-là”

"Si mañana me muero o me mato, usted hará un pequeño libro en quince días, estoy seguro". Ella responde: “No diga eso, Yann, se lo suplico. No diga: un pequeño libro. Diga: un libro".
Yann Andréa


23 décembre 1980
Yann, C’est donc fini. Je t’aime encore. Je vais tout faire pour t’oublier. J’espère y parvenir. Je t’ai aimé follement. J’ai cru que tu m’aimais. Je l’ai cru. Le seul facteur positif, j’espère, me fera me détacher tout à fait de toi c’est celui-là, ce fait que j’ai construit l’histoire d’amour toute seule. Je crois que tu m’aimes toi aussi mais pas d’amour, je crois que tu ne peux pas contenir l’amour, il sort de toi, il s’écoule de toi comme d’un contenant percé. Ceux qui n’ont pas vécu avec toi ne peuvent pas le savoir. J’ai aperçu quelque chose de ça lors de la première scène à Deauville. – Je me suis dit : mais avec qui je suis ? Et puis tu as pleuré et ça a été colmaté. Mais je n’ai pas oublié cet effroi. Je voudrais que tu saches ceci ; ce n’est pas parce que tu dragues et que tu en passes par le cérémonial pitoyable des pédés que je te quitte.

Tout serait possible, tout si tu étais capable d’aimer. Je dis bien : capable d’aimer comme on dirait capable de marcher. Le fait que tu ne parles jamais, ce qui m’a tellement frappée, vient de ça aussi, de ce manque à dire, d’avoir à dire. Peut-être est-ce un retard seulement, je l’espère. Tu n’es même pas méchant. Je suis beaucoup plus méchante que toi. Mais j’ai en moi, dans le même temps, l’amour, cette disposition particulière irremplaçable de l’amour. Tu ne l’as pas. Tu es déserté de ça. Je vais essayer de te trouver un travail à Paris ou ailleurs, un travail qui te convient. Je veux bien te louer une chambre à Caen où tu as tes vrais amis, […] ceux qui te connaissent depuis toujours, qui ne peuvent plus vivre ce leurre de l’été 80 à Trouville vécu par moi. Je ne te laisserai pas tomber. Je t’aiderai. Mais je veux me tenir à l’abri de cette aridité qui sort de toi et qui est carcérale, intolérable, épouvantable. Je ne sais pas de quoi elle procède, je ne peux pas la décrire, sauf en ceci : qu’elle est un creux, en manque, en vide à côté de quoi ma méchanceté par exemple, est une prairie, un printemps. Vivre avec toi, à coté de toi, non, c’est impossible.

Tu m’as écrit pendant des années justement parce que j’échappais à cette indécence d’exister. Je t’aime Yann. C’est terrible. Mais je préfère encore être à t’aimer qu’à ne pas t’aimer. Je voudrais que tu saches ce que c’est. Quel été, quelle illusion, que c’était merveilleux, ça ne pouvait pas continuer, ce n’était pas possible, seules les erreurs peuvent prendre cette plénitude. Je ne sais pas quoi faire de la vie qui me reste à vivre, très peu d’années. Le crime c’était ça : de me faire croire qu’on pouvait encore m’aimer. En retour de ce crime il n’y a rien. S’il arrive que j’aie le courage de me tuer je te le ferai savoir. Le seul empêchement est encore mon enfant. Je t’aime
Marguerite.


Yann. Se terminó entonces. Todavía te amo. Haré todo por olvidarte. Espero lograrlo. Te amé locamente. Creí que me amabas. Lo creí.  El sólo hecho positivo, espero, que me hará desatarme completamente de ti, es ese, el hecho de que construí sola la historia de amor.
Creo que tú también me amas, pero no de amor, creo que tú no puedes contener el amor, sale de tí, se escurre de tí como de un contenedor agujereado.  Quienes no han vivido contigo no pueden saberlo.  Algo de eso percibí durante la primera escena en Deauville. Me dije: ¿Con quién estoy? Pero lloraste y pasó. No he olvidado ese terror. Quiero que sepas esto, no es porque tu "tires" y pases por la lementable  ceremmonia de los maricones que te abandono...todo sería posible, todo, si tu fueras capaz de amar.
Digo bien: capaz de amar como uno es capaz de caminar.
El hecho de que no hables nunca, lo que me sorprendió tanto, también viene de allí. De esa carencia del decir, de tener algo por decir. ..No eres malo. Yo soy bastante más mala que tú. Pero tengo en mí, al mismo tiempo, el amor, esa disposición particular, irremplazable del amor.  Tú no la tienes. Te ayudaré…no voy a fallarte…Pero quiero mantenerme al abrigo de esa aridez que sale de ti. Y que es carcelaria, intolerable, espantosa. No sé de dónde viene, no puedo describirla, salvo esto: es un hueco, una carencia, un vacío al lado del cual mi maldad, por ejemplo, es una pradera, una primavera.  Vivir contigo, al lado de ti, es imposible…
Me escribiste por años justamente porque yo escapaba a esa indecencia de existir. Te amo Yann. Es terrible. Pero prefiero amarte que no amarte. Quisiera que sepas lo que es. Qué verano, qué ilusión, ha sido maravilloso, no podía continuar… No sé qué hacer de la vida que me queda por vivir, unos pocos años. El crimen fue ese: hacerme creer que todavía podía ser amada…
 
 
 
 
Yann Andréa, el último compañero de Marguerite Duras, quien vivió con ella desde 1980 hasta la muerte de Duras en 1996, murió el 10 de julio del 2014, su cuerpo  fue encontrado en su departamento de París. Tenía 63 años. Cuando comenzaron a vivir juntos él tenía 28 y ella 65. Ese hombre que en realidad se llamaba Yann Lemée, y a quien Duras le inventó un segundo nombre: “Andréa”, y hasta un apellido, en uno de los libros que escribió por y para él: “Yann Andréa Steiner”. Marguerite –de nacimiento- se apellidaba Donadieu, retiró su apellido paterno y eligió un sustituto también paterno: Duras, el nombre de una comuna francesa en la que vivió su padre. Con Yann hizo algo parecido: le agregó el nombre de la madre de él: Andréa. Es curioso como azar fonético: Lemée, el apellido original de Yann, y l’aimé, “el amado”, se pronuncian casi igual.
Después de la muerte de Duras, Yann Andréa se encerró en el estudio que la escritora previó para él en la rue Saint Benoît, frente al célebre Café de Flore, y casi enfrente del departamento en el que Duras vivió la mayor parte de su vida. Se encerró y en medio de un gran desorden vivió su depresión. “Me siento una basura”, decía. Dos años después quiso regresar a la vida, reintentar una vida, y llamó a su madre para que fuera a rescatarlo. Pesaba veinte kilos más. Sanó, al menos al punto de lograr escribir un libro: “Cet amour-là” (“Ese amor”, traducido por la editorial Tusquets). Antes, en 1983 Yann había publicado “M.D”.  (También traducido por Tusquets) un libro de su relación con Duras, sólo que ese primer libro lo escribió junto a ella. Hay una película de Josée Dayan, a partir del segundo libro de Yann, con Jeanne Moreau en el papel de Duras.


El encuentro
Yann era estudiante de filosofía en Caen, tenía veinte años y descubrió el libro de Duras: “Les petits cheveaux de Tarquinia”.  Al parecer, descubrió bastante más que un libro: una escritura hipnótica, una manera de ser y de vivir que él, sin saberlo, andaba buscando.  Se dedicó a leerla, dejó de leer todo lo demás. En 1975 supo que Duras llegaba a Caen para participar en la presentación de su película India Song, en el cine Lux. Hay dos versiones del encuentro, como suele suceder; la de él y la de ella. En “Yann Andréa Steiner”, el libro que Duras le dedica a su amante en 1992, ella escribió que a la salida del cine  Yann la acompañó hasta su carro y conversaron un poco. Él, cuenta que a la hora de firmarle un libro, ella aceptó darle su dirección en París. Fueron los preludios de una relación amorosa atormentada y dependiente, generosa y cruel, que duró dieciséis años.

Yann comenzó a escribirle al día siguiente del encuentro,  en esa manera suya desesperada. Le escribía muy seguido. Duras no respondía. En 1980, por fin, cinco años más tarde,  Duras le envió uno de sus libros. Luego otro.  Le explicó  que había estado enferma. Mucha soledad, mucho alcohol. Ese año Duras comenzó a escribir una columna en el periódico de izquierda Libération y Yann sintió que esa escritura le estaba dedicada. La buscó por teléfono. Tenía ansia de conocerla y terror de conocerla. Duras lo invitó a su casa de campo en Normandía. Él se quedó “para siempre”.
 Yann le hablaba de usted, nunca la tuteó. No podía. Duras se convirtió en esa versión femenina de Pigmalión,  inventando a ese hombre al que ama. Hizo de él su compañero, su personaje en su literatura y en su cine, su perseguido, su perseguidor.  Yann era homosexual y salía por las noches solo, buscaba amigos. Duras sufría, se sentía rechazada, lo maltrataba. En algún lugar lo comprendía.   Vivían el uno para la otra. Vivían para la escritura. En principio, Duras lo ocultaba.
Ese vacío, ese sufrimiento  no se detenía ni con la escritura, ni con el amor. Duras bebió hasta el coma etílico. Escribía y bebía. Bebía y escribía. Corría a Yann de su casa, y él regresaba a tocar la puerta. Se reconciliaban. O él ya no soportaba más  y salía corriendo y era ella quien le rogaba regresar. Cada una/o vive a como puede. Cada una/o ama a como puede. En 1983 Yann Andréa publicó “M.D”. Habla del alcoholismo de Duras, de su desintoxicación. Fue Duras quien insistió para que lo publicara, para que el exorcismo privado fuera público. Después de esa cura Duras escribió su novela más leída: “El amante”. Yann Andréa, no sólo se convirtió en un personaje de Duras y en su interlocutor literario, también la acompañó en una escritura que comenzó a  ser escrita en primera persona.  
En el 2000, Yann publicó “Ainsi” y en 2001 “Dieu commence chaque matin”. Se ocupó de la publicación de las obras de Duras, obligó a Jean Mascolo, el hijo de la escritora, a retirar el libro: “La cuisine de Marguerite”, que había editado. Mascolo se enfureció y escribió contra Yann. Al escritor le pareció que ese libro con las recetas de cocina de Duras, era “un muy mal libro”, y que él, su compañero y albacea, tenía que cuidar -hasta el último día de su vida- del nombre de su terrible y genial bien amada.
“Cet amour-là” fue adaptado al cine por Josée Dayan en un filme en el que Duras es interpretada por Jeanne Moreau. El libro relata en detalle una relación especial en la que la escritora anciana controlaba y decidía todo, hasta el nombre de su compañero, que no tenía sexo con ella. - See more at: http://www.periodicoenfoque.com.mx/2014/07/murio-a-los-63-anos-el-ultimo-amor-de-marguerite-duras/#sthash.bWtI9Ssq.dpuf
“Cet amour-là” fue adaptado al cine por Josée Dayan en un filme en el que Duras es interpretada por Jeanne Moreau. El libro relata en detalle una relación especial en la que la escritora anciana controlaba y decidía todo, hasta el nombre de su compañero, que no tenía sexo con ella. - See more at: http://www.periodicoenfoque.com.mx/2014/07/murio-a-los-63-anos-el-ultimo-amor-de-marguerite-duras/#sthash.bWtI9Ssq.dpuf
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referencia  google 
“Cet amour-là” fue adaptado al cine por Josée Dayan en un filme en el que Duras es interpretada por Jeanne Moreau. El libro relata en detalle una relación especial en la que la escritora anciana controlaba y decidía todo, hasta el nombre de su compañero, que no tenía sexo con ella. - See more at: http://www.periodicoenfoque.com.mx/2014/07/murio-a-los-63-anos-el-ultimo-amor-de-marguerite-duras/#sthash.bWtI9Ssq.dpuf


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