Beethoven
1820 Portrait of Composer Ludwig Van Beethoven by German artist Joseph
Karl Stieler, when composing the Missa Solemnis (Mass in D Major,
op.123) (MDCCCXX)
GROS-ILET
De esta aldea, empapada como un trapo gris en agua salada,
llegó un lenguaje guarnecido de conchas marinas,
con una sombra de bayas en sus axilas
y codos como flexibles remos. Toda ceremonia comenzaba
en las vaguadas, los estercoleros, los funerales al alba y el ocaso
a los que asistían los cangrejos. El mar reforzaba
los olores. El ancla de las islas penetraba a gran profundidad
pero se veía siempre clara en las arenas. Muchos tiburones
y a menudo la raya, cuyas aletas son anchas como velas,
ascendían con mirada insomne desde los ondeantes corales,
y un pescador sacaba un bagre como una cabeza con tentáculos.
Y el anochecer con sus inevitables, inextinguibles candiles,
era como la Noche de Todos los Santos vuelta del revés, igual que el
murciélago obtiene su propia visión del mundo. Así, sus ojos miran hacia abajo,
divertidos, consideran que caminamos de modo extraño, y se preguntan sobre
nuestro sentido del equilibrio, sobre cómo dormimos
como si estuviéramos muertos, cómo confundimos
los sueños con cosas corrientes como clavos, o rosas,
cómo envejecen rápidamente las rocas con el musgo,
cómo el mar traza surcos que no tienen nada que ver con el tiempo,
y la arena se alza en torbellinos que no tienen nada que hacer en absoluto,
y las sombras sólo responden ante el sol.
Y ocasionalmente, como un viejo neumático,
el negro lomo de un delfín. Elpenor, tú
que te rompiste el culo, borracho, tambaleándote escotillón abajo,
y tú timonel, que navegas como la raya bajo el aliento de las olas,
seguid vuestro camino, aquí no hay nada para vosotros.
En este lugar las velas y las costumbres son distintas, los muertos
son distintos. Sus tumbas las guardan conchas distintas.
Hay diferencias más allá del paraíso
de nuestro horizonte. Esto no es el Egeo púrpura como la uva.
Aquí no hay vino, no hay queso, las almendras son verdes,
las uvas de playa amargas, el lenguaje es el de los esclavos.
Derek Walcott (Castries, isla de Santa Lucía, 1930) Poeta y dramaturgo antillano. Huérfano de padre al poco tiempo de nacer, vivió en el seno de una familia humilde. Siendo aún adolescente, publicó su primer poema en un periódico local, y cuando tenía dieciocho años costeó él mismo la edición de un pequeño poemario. Poco después, en 1949, logró estrenar su primera obra teatral, Henri Christophe, en la que recreaba la vida y la experiencia de poder del caudillo haitiano. Hacia 1950 inició sus estudios en la Universidad de las Indias Occidentales de Jamaica y poco después pasó a residir en Trinidad, donde se dedicó a la crítica artística y literaria. En 1962, la publicación de la antología In a green night en el Reino Unido le dio gran notoriedad, como poeta que reivindicaba las raíces africanas. Entre sus libros de poesía destacan Uvas de mar (1976), El reino de la manzana estrellada (1979), El viajero afortunado (1981) y Omeros (1990). En su producción dramática sobresale Sueño en la montaña del mono (1970). En 1992 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
GROS-ILET
De esta aldea, empapada como un trapo gris en agua salada,
llegó un lenguaje guarnecido de conchas marinas,
con una sombra de bayas en sus axilas
y codos como flexibles remos. Toda ceremonia comenzaba
en las vaguadas, los estercoleros, los funerales al alba y el ocaso
a los que asistían los cangrejos. El mar reforzaba
los olores. El ancla de las islas penetraba a gran profundidad
pero se veía siempre clara en las arenas. Muchos tiburones
y a menudo la raya, cuyas aletas son anchas como velas,
ascendían con mirada insomne desde los ondeantes corales,
y un pescador sacaba un bagre como una cabeza con tentáculos.
Y el anochecer con sus inevitables, inextinguibles candiles,
era como la Noche de Todos los Santos vuelta del revés, igual que el
murciélago obtiene su propia visión del mundo. Así, sus ojos miran hacia abajo,
divertidos, consideran que caminamos de modo extraño, y se preguntan sobre
nuestro sentido del equilibrio, sobre cómo dormimos
como si estuviéramos muertos, cómo confundimos
los sueños con cosas corrientes como clavos, o rosas,
cómo envejecen rápidamente las rocas con el musgo,
cómo el mar traza surcos que no tienen nada que ver con el tiempo,
y la arena se alza en torbellinos que no tienen nada que hacer en absoluto,
y las sombras sólo responden ante el sol.
Y ocasionalmente, como un viejo neumático,
el negro lomo de un delfín. Elpenor, tú
que te rompiste el culo, borracho, tambaleándote escotillón abajo,
y tú timonel, que navegas como la raya bajo el aliento de las olas,
seguid vuestro camino, aquí no hay nada para vosotros.
En este lugar las velas y las costumbres son distintas, los muertos
son distintos. Sus tumbas las guardan conchas distintas.
Hay diferencias más allá del paraíso
de nuestro horizonte. Esto no es el Egeo púrpura como la uva.
Aquí no hay vino, no hay queso, las almendras son verdes,
las uvas de playa amargas, el lenguaje es el de los esclavos.
Derek Walcott (Castries, isla de Santa Lucía, 1930) Poeta y dramaturgo antillano. Huérfano de padre al poco tiempo de nacer, vivió en el seno de una familia humilde. Siendo aún adolescente, publicó su primer poema en un periódico local, y cuando tenía dieciocho años costeó él mismo la edición de un pequeño poemario. Poco después, en 1949, logró estrenar su primera obra teatral, Henri Christophe, en la que recreaba la vida y la experiencia de poder del caudillo haitiano. Hacia 1950 inició sus estudios en la Universidad de las Indias Occidentales de Jamaica y poco después pasó a residir en Trinidad, donde se dedicó a la crítica artística y literaria. En 1962, la publicación de la antología In a green night en el Reino Unido le dio gran notoriedad, como poeta que reivindicaba las raíces africanas. Entre sus libros de poesía destacan Uvas de mar (1976), El reino de la manzana estrellada (1979), El viajero afortunado (1981) y Omeros (1990). En su producción dramática sobresale Sueño en la montaña del mono (1970). En 1992 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
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