25 de enero
25 de enero: siempre en el recuerdo
Un día como hoy, 25 de enero (1971), nos casamos legalmente Heberto Padilla y yo; murió mi tía abuela Zenobia Brunet (allá en su pueblito de Caserra, Mallorca), y nació Virginia Wolf (en 1882).
Los que deseen conocer más sobre nuestra boda pueden consultar el libro de Jorge Edward, PERSONA NON GRATA, que no sólo estuvo allí sino que fue testigo d la ceremeonia legal.. La pequeña reunión para festejarlo que siguió a la salida del bufete de L y 23, la celebramos en el apartamento de Miguel Barnet, entonces nuestro amigo. Merceita Borrero (la hermana de la poeta Juana Borrero) me había regalo unos aretes de piedras verdes, que habían pertenecido a Ana María Borrero y los usé en honor de Juana. Llevaba vestido sencillo y floreado, que me cosió aquella inolvidable modista llamada Argentina, con una tela muy linda que recibí de mi madre. No hubo fotos, al menos, no las tomamos nosotros. Pero es de imaginar que la Seguridad del Estado que por entonces nos espiaba (dos poetas que se casaban), se las ingenió para sacar fotos, y especialmente en aquella ocasión, porque también perseguían al representante del gobierno de Salvador Allende, el escritor Jorge Edwards.
Hasta hace unos años conservé la hermosa manta chilena obsequio de
Jorge Edwards.
Días antes, en La Unión de Escritores y Artistas, Heberto leyío poemas de su libro "Provocaciones". tras ser invitado, al igual que yo, por Nicolás Guillén, en un intento de lograr lo imposible, frenar el odio de Fidel Castro contrra nosotros, y los intelectuales. Pero el destino es el destino...en breve, se desataría "el caso Padilla".
Un día como hoy, 25 de enero (1971), nos casamos legalmente Heberto Padilla y yo; murió mi tía abuela Zenobia Brunet (allá en su pueblito de Caserra, Mallorca), y nació Virginia Wolf (en 1882).
Los que deseen conocer más sobre nuestra boda pueden consultar el libro de Jorge Edward, PERSONA NON GRATA, que no sólo estuvo allí sino que fue testigo d la ceremeonia legal.. La pequeña reunión para festejarlo que siguió a la salida del bufete de L y 23, la celebramos en el apartamento de Miguel Barnet, entonces nuestro amigo. Merceita Borrero (la hermana de la poeta Juana Borrero) me había regalo unos aretes de piedras verdes, que habían pertenecido a Ana María Borrero y los usé en honor de Juana. Llevaba vestido sencillo y floreado, que me cosió aquella inolvidable modista llamada Argentina, con una tela muy linda que recibí de mi madre. No hubo fotos, al menos, no las tomamos nosotros. Pero es de imaginar que la Seguridad del Estado que por entonces nos espiaba (dos poetas que se casaban), se las ingenió para sacar fotos, y especialmente en aquella ocasión, porque también perseguían al representante del gobierno de Salvador Allende, el escritor Jorge Edwards.
Hasta hace unos años conservé la hermosa manta chilena obsequio de
Jorge Edwards.
Días antes, en La Unión de Escritores y Artistas, Heberto leyío poemas de su libro "Provocaciones". tras ser invitado, al igual que yo, por Nicolás Guillén, en un intento de lograr lo imposible, frenar el odio de Fidel Castro contrra nosotros, y los intelectuales. Pero el destino es el destino...en breve, se desataría "el caso Padilla".
Commentaires