invierno-Arthur Rimbaud traduc. Margarita García Alonso









“ Baile de  ahorcados”

En la negra horca ,  amable manco,
bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo,
los esqueletos de Saladín.
¡Monseñor Belzebú tira  la corbata
de títeres negros que hacen muecas al cielo
y les remete en la frente un buen zapatillazo
 que les obliga a bailar villancicos de vieja navidad!
Y  los títeres traumatizados, juntan sus delgados brazos
como  Organos(instrum de music) negros, los pechos descubiertos
que abrazaban  antaño gentiles señoritas
se  entrechocan  en espantoso amor.
¡Hurra!, alegres  bailarines sin panza ,
 pueden retozar  la tarima es tan larga,
Hop, qué no sepamos si es batalla o baile!
¡ Belzebú rabioso  rasga sus violines!
oh toscos talones,  nunca usan su sandalia
Casi todos se han despojado  la camisa de piel,
lo que queda apenas molesta  y se ve sin escándalo.
En los cráneos, la nieve deposita un blanco sombrero.
El cuervo trastabilla en estas cabezas rotas
 un jirón de carne  cuelga de su flaca barbilla:
parecen, girando en oscuras sombras entremezcladas
Caballeros rígidos, golpeando armaduras de  cartón.
¡Hurra!, ¡el viento sopla  el gran  baile de esqueletos!
¡y la horca negra ruge cual órgano de hierro!
 los lobos responden desde bosques violetas:
en el horizonte, el cielo es de un rojo de infierno:
¡hey, Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desfilan, disimulando, sus largos dedos rotos,
un rosario de amor en  sus pálidas vértebras:
¡difuntos,  no estamos aquí en un monasterio! .
Y de pronto, en el centro de esta danza macabra
salta hacia  el cielo rojo,  un gran esqueleto loco,
llevado por el ímpetu, como un caballo se  encabrita
y, sintiendo en el cuello aún la tiesa cuerda,
crispa sus cortos dedos contra su fémur que cruje
con gritos  semejantes a  carcajadas,
y al igual que un bufón entra en la casa,
rebota  en el  baile al son de la osamenta.
En la horca negra,  adorables pingüinos,
bailan, bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo
los esqueletos de Saladín.
Arthur Rimbaud
traduc. Margarita García Alonso

Bal des pendus

Au gibet noir, manchot aimable,
Dansent, dansent les paladins,
Les maigres paladins du diable,
Les squelettes de Saladins.
Messire Belzébuth tire par la cravate
Ses petits pantins noirs grimaçant sur le ciel,
Et, leur claquant au front un revers de savate,
Les fait danser, danser aux sons d’un vieux Noël !
Et les pantins choqués enlacent leurs bras grêles
Comme des orgues noirs, les poitrines à jour
Que serraient autrefois les gentes damoiselles
Se heurtent longuement dans un hideux amour.
Hurrah ! les gais danseurs, qui n’avez plus de panse !
On peut cabrioler, les tréteaux sont si longs !
Hop ! qu’on ne sache plus si c’est bataille ou danse !
Belzébuth enragé racle ses violons !
Ô durs talons, jamais on n’use sa sandale !
Presque tous ont quitté la chemise de peau ;
Le reste est peu gênant et se voit sans scandale.
Sur les crânes, la neige applique un blanc chapeau :
Le corbeau fait panache à ces têtes fêlées,
Un morceau de chair tremble à leur maigre menton :
On dirait, tournoyant dans les sombres mêlées,
Des preux, raides, heurtant armures de carton.
Hurrah ! la bise siffle au grand bal des squelettes !
Le gibet noir mugit comme un orgue de fer !
Les loups vont répondant des forêts violettes :
A l’horizon, le ciel est d’un rouge d’enfer…
Holà, secouez-moi ces capitans funèbres
Qui défilent, sournois, de leurs gros doigts cassés
Un chapelet d’amour sur leurs pâles vertèbres :
Ce n’est pas un moutiers ici, les trépassés !
Oh ! voilà qu’au milieu de la danse macabre
Bondit dans le ciel rouge un grand squelette fou
Emporté par l’élan, comme un cheval se cabre :
Et, se sentant encor la corde raide au cou,
Crispe ses petits doigts sur son fémur qui craque
Avec des cris pareils à des ricanements,
Et, comme un baladin rentre dans la baraque,
Rebondit dans le bal au chant des ossements.
Au gibet noir, manchot aimable,
Dansent, dansent les paladins,
Les maigres paladins du diable,
Les squelettes de Saladins.
Arthur Rimbaud



Jean Nicolas Arthur Rimbaud nació en Charleville, Departamento de Las Ardenas, Francia, el 20 de octubre de 1854.
Murió en Marsella, el 10 de noviembre de 1891.
Jean Nicolas Arthur Rimbaud nació en Charleville, Departamento de Las Ardenas, Francia, el 20 de octubre de 1854.
Fue uno de los más grandes poetas franceses, que practico alternando en su poesía los dictados del movimiento simbolista, con Stéphane Mallarmé , y otras al decadentista, junto a Paul Verlaine.
Con sólo ocho años de edad realizó su primero trabajos en prosa y con diez dio, apuntando una gran madurez intelectual empezó a escribir poesía: Sin embargo, dejó la literatura a con nada más 19 años de edad, dando muestras de cierto desequilibrio mental.
En los inicios de la década de 1870, comienza a criticar a la poesía romántica y parnasiana y a alabar la poesía de Charles Baudelaire, a quien incluso llama “un dios, el rey de los poetas”.
En 1872, cuando contaba 17 años, ya llevaba una salvaje vida de vagabundo, totalmente disoluta, adicto al ajenjo y al hachís.
Todo esto escandalizó a la élite literaria parisina, indignada en particular por su comportamiento, se había convertido en el auténtico arquetipo del “enfant terrible”. A lo largo de este período continuó escribiendo sus contundentes y visionarios versos modernos.
Un incidente con Étienne Carjat, eminente fotógrafo de la época, fue la gota que derramó el vaso, Rimbaud, totalmente borracho hirió al fotógrafo con una vara metálica. Para salvar a su amigo y tranquilizar a la comunidad, Verlaine, en casa del cual residía acogido, envió a Rimbaud de regreso a Charleville.
Tras unos cuantos meses volvio a París, iniciando con Verlaine una tormentosa relación amorosa, que los llevó a Londres en septiembre de 1872. Verlaine abandonó a su esposa e hijo pequeño (a quienes solía maltratar en extremo durante los ataques de ira causados por el alcohol). Rimbaud y Verlaine vivieron en un lamentable estado de pobreza en Bloomsbury y en Camden Town, manteniéndose con algunas clases de francés y de una pequeña mensualidad que les llegaba de la madre de Verlaine.
En 1873 Verlaine abandonó a Rimbaud y marchó a Bruselas, adonde este le siguió y tras una fuerte discusión, el primero le disparó giroéndole en la muñeca. Verlaine fue arrestado y este hecho sumado a las acusaciones de la esposa de Verlaine respecto a las relación entre los dos hombres, hizo que el juez, a pesar de que Rimbaud retiró la denuncia, Verlaine fue condenado a dos años de prisión.
Rimbaud regresó a Charleville y recluyéndose en la granja familiar, donde escribió la única obra que publicaría él mismo, “Una temporada en el infierno”, reconocida como una de las obras pioneras del simbolismo moderno.
En 1874 volvió a Londres junto al poeta Germain Nouveau, donde terminó de escribir sus controvertidas “Iluminaciones”
Rimbaud y Verlaine se encontraron en Alemania por última vez en 1875, tras haber recuperado este recuperara la libertad.
Murió tras serle amputada una pierna por un carcinoma el 10 de noviembre de 1891, en Marsella, sólo tenia 37 años de edad.
Ejerció una fuerte influencia sobre poetas posteriores, entre ellos,  los surrealistas, como André Bretón, Pier Paolo Pasolini, y Joe Strummer,  incluso en algunos de los poetas beats.

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