The Three Graces-Cuaderno de la herborista de Margarita García Alonso
Jean François Janinet
The Three Graces
The Three Graces
Abejones
entretenidos.
DE Cuaderno de la herborista
Inútil
que escojas mi nombre
he
perecido en el ojo de un tuerto
nombrando
con dulzura a conocidos.
Cerradas las piernas, emito fuegos
desde
que pinto a un Hombre,
aunque
nunca falte el dildo,
el
tildo y hasta el falo japonés
en
su caja decorada con un samurái.
Cuando
atravieso el lodo
de
los malditos cantores
de
versos de ravioli,
-
la masa cortada, machacada
en
esquinas de harina –
me
cuelgo al rabo de un caballo
y piso el pasto antes de partir.
¿Habéis
gritado yegua?
Soy
la que pone la herradura y destripa
a
la bestia en la mesa pública.
Si
ahuyento a los comensales es solo
porque
no saben comerme bruta.
Dentro
de pocos manuscritos todo habrá acabado.
Estuve
gritando, me he vaciado de gritos
arrastrando
muertos, los pocos que han quedado
hacia
la impasible primavera.
Pero
he llegado tarde,
la
niebla indica que he pasado
como
un ruido
sin que sintáis pena.
He
anunciado a lo largo de esta ruinosa existencia
que
me moría, que no llegarías a tiempo,
podías
haberme contrariado
y
llamarme entonces fina poetisa,
poetisa
loca, sopladora de zeppelines,
haberme
nombrado en los contratos de
gente
que escribe
haber
viajado hasta este fin de mundo
haber pasado una noche de lujuria
repitiéndome puta
-acepto
todo: el morro como el porro
me
conmueve el día-
pero
no,
me
fui pudriendo,
queda
este hueso que chupáis ahora,
adulones de cadáveres.
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