VERSOS DE LA MUJER EN LA POESIA CUBANA -MARGARITA GARCIA ALONSO- SEDADO, en Asociacion Pro Arte Libre (APAL)
VERSOS DE LA MUJER EN LA POESIA CUBANA.MARGARITA GARCIA ALONSO.SEDADO.El perro ha pasado la nocheen la noche sin...
Posted by Asociacion Pro Arte Libre (APAL) on samedi 8 août 2015
VERSOS DE LA MUJER EN LA POESIA CUBANA.
MARGARITA GARCIA ALONSO.
SEDADO.
El perro ha pasado la noche
en la noche sin techo
para convertirse en lobo,
en falso lobo antiguo
que mordisquea el susto.
Merodea, si quisiera
estallaría el cristal del péndulo
pero teme a la obligación, al castigo.
El perro quiere el cuerpo
que trina en el reloj de cuerdas,
al pajarillo ceremonioso
encerrado en un corazón artificial
entre fibras plásticas,
tras la puerta en espera
del segundo para ver el día,
sedado como si fuese victima
de un accidente de la ruta.
Mucho grita en la negrura,
grande es la desolación,
cada campanada le
devuelve a la tumba.
El resorte fustiga como un látigo
o quizás sea su sangre que desorienta,
dicen que encontró la redención del pájaro
y su paraíso es avisar que ha despertado,
que será breve en la aparición.
Apenas una hora en eternidad
donde se cree solo,
en el fondo del universo.
El silencio le muerde el cráneo.
Sospecha: es culpa del perro
que se cree lobo,
mientras vigila la última hora,
con sobresalto.
Poema del libro EL CENTENO QUE CORTA EL AIRE, de ©Margarita García Alonso, en Betania.
© Margarita García Alonso, 2013
Editorial Betania
Apartado de Correos 50.767
28080 Madrid, España
I.S.B.N.: 978-84-8017-334-6
Imprime PUBLIDISA
Impreso en España - Printed in Spain.
MARGARITA GARCIA ALONSO.
SEDADO.
El perro ha pasado la noche
en la noche sin techo
para convertirse en lobo,
en falso lobo antiguo
que mordisquea el susto.
Merodea, si quisiera
estallaría el cristal del péndulo
pero teme a la obligación, al castigo.
El perro quiere el cuerpo
que trina en el reloj de cuerdas,
al pajarillo ceremonioso
encerrado en un corazón artificial
entre fibras plásticas,
tras la puerta en espera
del segundo para ver el día,
sedado como si fuese victima
de un accidente de la ruta.
Mucho grita en la negrura,
grande es la desolación,
cada campanada le
devuelve a la tumba.
El resorte fustiga como un látigo
o quizás sea su sangre que desorienta,
dicen que encontró la redención del pájaro
y su paraíso es avisar que ha despertado,
que será breve en la aparición.
Apenas una hora en eternidad
donde se cree solo,
en el fondo del universo.
El silencio le muerde el cráneo.
Sospecha: es culpa del perro
que se cree lobo,
mientras vigila la última hora,
con sobresalto.
Poema del libro EL CENTENO QUE CORTA EL AIRE, de ©Margarita García Alonso, en Betania.
© Margarita García Alonso, 2013
Editorial Betania
Apartado de Correos 50.767
28080 Madrid, España
I.S.B.N.: 978-84-8017-334-6
Imprime PUBLIDISA
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