MUYUYO: retama y alas para Dígito Urbach.





Dígito Urbach dice que es « retama », polvo de otros, le han soplado y desparramado para llegar a ser lo que es. Dice que es el caos de la poesía y expulsa un huevo amarillo de mármol  tras darse a la dura faena de convertir en dioses a algunos hombres.

No se equivoca, su libro “MUYUYO” es un acertijo estremecido por pájaros, confesiones descaradas que te envían a volar con lo que él piensa- él y otras aves de paso- la de Buenos Aires, o los esqueletos que merodean la dualidad: ¿ quién habla, dónde ocurre esto, quién me ha dado un picotazo?

Sorprenden sus textos, es tan joven y ya ha entendido el camino: no existe corredor en el cielo para las aves, hay que perder y perderse  mucho para sentir, sentir cada texto, olerlo, darle cuerpo para que las alas estén prestas y encuentren rumbo.

Muyuyo es  un hemisferio visto en el espejo, es un libro de atardecer,  la hora de los desdoblamientos donde la silueta confunde a la sombra. Está previsto en su universo el viaje, los encuentros  y no usar nada, absolutamente nada que sea salida de emergencia, recurso de cobarde. Dígito va  con el pico abierto y traga, te traga, te suma a su poética.

Muyuyo está lleno de diálogos,  alquimias, creencias y faltas de fe,  expuestos como una escenografía para que celebres una era donde quedan definitivamente expulsados los imitadores “poetarios”.  Hasta la portada eriza,  Urbach  posee una  estética personal, puede crear un reino y me pregunto, ¿se da  cuenta del desconcierto que provoca, de la “cosa”?

“…La cosa es tener la cosa dentro de uno, correr, correr y correr hasta que no puedas más y la cosa se te corona en la boca, sedienta, palpitando en las sienes.”…

Poemas, textos poéticos, géneros del sin género que es la auténtica creación.  Agradezco infinitamente a  Legna Rodríguez por su  presentación  donde avisa del peligro, texto que acompaña, sin caer en la erizada moda de matar al autor con pretensiones del articulista. Ahí pautando, con respeto por la obra, dice  que te apresures, deja  aviso en la cubierta del tomo.

Lo que piensa Dígito Urbach lo asume en sus escritos: “Eso era cuando lo empujé todo contra mí”- cuenta y se nota el sofoco, la boca seca, ha vivido, ha entrado en sí para bien de un libro  raro que hará  temblar muchas orejas.

¿Y si se tratara de una no tan pura simulación?
Si entras en mi línea
quítate los zapatos,
sacúdete los pies.
Recto el témpano,
recto el humo,
recto el chorro,
recto lo inhalado,
recto el savajón,
recto el idioma,
recto el semáforo,
recto el dedo,
recto lo terrestre,
recto el cilindro,
recto lo expulsado,
recto lo dicho,
recto el sofá,
recto el temblor.
Mi línea es un círculo
como Aviva.
Antes de salir
cierra la puerta.

Recto lo dicho, directo, Dígito Urbach,  bienvenido al estorbo del mundo, tiene usted mucha ala. Le agradezco el poema que me dedica  y, sobre todo,  el asombro de encontrarme con su talento que se resiste a clasificaciones.

Margarita García Alonso

Le Havre, 25 de agosto del 2015.


Muyuyo, Dígito Urbach, 2014

Revisión,  corrección y presentación de Legna Rodríguez Iglesias. Edición de Vilma Cebrián, diseño de portada: Kiko Arocha, e ilustración de portada de Jorge De León Amador.
Alexandria Library.







Commentaires

Articles les plus consultés