La abuela de Yohandry Leyva , la foto esencia.

 
Se encontraron frente a frente, se abrazaron. Todos comprendían que asistían a un abrazo especial, único y esperado, mítico. No era un abrazo, era el abrazo. El tiempo se detuvo, nadie quería perderse un detalle. Ambas estaban cansadas de años de uso y abuso, de maltratos y vejaciones. Decidieron compartir sus secretos y angustias, desahogarse. La mas joven se apareció desnuda, la mayor descolorida y sucia.
– ¿No tienes frío así desnuda? ¿No sientes pena de mostrarte desnuda, de enseñar intimidades, arrugas, deterioros y horrores?
– ¿Acaso sientes pena de tu descolor, de estar marchita, de casi no tener fuerzas ya?
– Tienes razón, seguiremos siendo las mismas, unidas en la gloria y la desgracia. Inseparables, como hermanas, sosteniéndonos una a la otra, más allá de los tiempos y la razón.
– Invencibles mi hermana, sin importar que nos usen a su antojo y en nuestros nombres, por mas de un siglo, atropellos y negaciones, se repitan una y otra vez.
– Somos y seremos más que gobiernos y partidos, más que ideologías y hombres.
– Llegara un día que todos entenderán quienes somos, la razón de nuestra existencia. Hoy no me avergüenzo de mi pobreza, ni mi desnudez. No me quitan ganas, ni fuerzas mis arrugas, mis carnes flácidas, esta apariencia de estar muerta en vida.
– A ti, como a mi, no nos falta la fe en el futuro. Otros hombres se unirán a nuestro influjo y obra y otros amaneceres nos esperan.
– Tú recobraras tu color, tu brillo, yo renaceré como ave fénix y vestiré el traje de honor que corresponda. No me avergüenzan desnudeces, no escondo nada. Quienes deberían sentir vergüenza son los vivos y los muertos que nos han llevado a este estado.
– No aprenden aún que ellos nos conforman, que somos más que símbolos o tribunas, más que ruinas o frustraciones.
– Somos el pasado, el presente y el futuro. Somos la suma de todos y por todos seguiremos unidas e invencibles. Sin vergüenzas, sin odios, abiertas a los tiempos por venir.
– Muchos nos llevan en los labios, nos invocan para ganar batallas y partidarios, olvidan que deben llevarnos en el corazón.
– ¡Servirnos mi hermana y no usarnos! Mi desnudez no me avergüenza, me avergüenzan oportunismos y abusos, demagogias y mentiras. Que de un lado y otro, nos arrancan color y vestiduras, nos destruyen.
Se unieron en un fuerte y prolongado abrazo, la república y la bandera, mientras una le susurraba a la otra al oído.
– No pierdas la fe mi hermana, llegara el día que seremos, “con todos y para el bien de todos”.
Fotografia de Yohandry Leyva.
 
 
 
 
 
 
 
 
En pasados días, tuve el privilegio de ser de las primeras personas en estas redes de saber la exposición de esta foto, en un artículo del blog de mi amigo Habanero2000, autorizada a el por su autor el joven cubano radicado en Cuba Yohandry Leyva, por más sobrino del fiel amigo Higinio. Esta foto ya este recorriendo las redes y es meritorio reconocer la obra artística del mismo y no tergiversar su autor y sentido, mas debo escribir algo, ya que al verle al fotógrafo y la artista en un hospital vemos su obra se eleva donde realmente luchan por seguir la batalla ante la parca que ronda en su 70 cumpleaños y su adorado nieto quiere atar como yo, por vida a quien ama a su lado. Dios bendiga las abuelas, donde estén
Que podría decir del amor de una abuela, yo me acuerdo de tanto, ese que desprovisto de toda maldad nos cría y cuida mas que las madres en muchos momentos, las que se ponen delante de los padres al estos querer poner la mano dura sobre nosotros o recibir el golpe antes de los nietos, las que nos levantan a las mañanas con el desayuno y llevan a la escuela la merienda o almuerzo, las que nos buscan y lavan las ropitas al llegar llenos de letras en la camisa, ellas las que hacen la cola del pan para poder hacer una merienda digna a sus manos y guardarle en nuestro bolso, las que nos llevan al cine o compran el ultimo grito de la moda para ponerlo en nuestro cuerpo en la fiesta deseada, las que enfrentan peligros extremos y sonríen ante el placer de un alago, las que piensan enfrentar a todo por los nietos ya antes de los hijos, la protección en persona, las leonas, las que entienden todo y manejan el dolor para no les veamos, las que comprueban las tareas y están rapiñando todo para seamos felices, las que guardan sus lagrimas ante la caída nuestra y lloran por dentro el dolor, las que nos enseñan historias y realidades, las que arañan la cocina para inventar algo en el plato cada día, las que no se quieren ir para no dejar solos, las que gratis ajustaban ropas para hacer camisas y sayas mas pequeñas, las que aun en el hospital quieren seguir orientando, las que preparan el baño, las que nos hacen historias que son necearías escuchar estos días, las que saben lo que daremos sin ser brujas o hechiceras, las que van a la iglesia como patrullas a orar por nosotros, las que quieren el cambio de la patria al verla morir, las que murieron por vernos reír, las que ya no están y están, las benditas de colores café y aroma de violetas, las abuelas las que tienen el dinero para salir, el dedal para el bajo del pantalón o el ojal de la blusa escolar, las ABUELAS BENDITAS SEAN TODAS.


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