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50 razones para no casarse con un escritor
50 razones para no casarse con un escritor
- Son gente muy rara.
- Hay miles de millones de ellos en el mundo.
- Tienen tendencias manifiestamente ególatras y siempre llevan la contraria.
- Son unos misántropos y tienen tendencias depresivas.
- Ganan sueldos bajos. (O ningún sueldo.)
- No aceptan críticas, las reciben pero no las asimilan bien.
- Se odian entre sí.
- Sumar y restar sí, pero operaciones complejas… Buff. ¡Son de letras
puras! (Aunque haga dos meses que terminaran la carrera de Arquitectura)
- Les gusta ver los créditos completos de las películas (siempre ven películas raras que nadie conoce).
- No te dejarán meter en casa libros de Nicholas Sparks o Stephenie Meyer. Por mucho que te gusten. Da igual.
- Opinará sobre –criticará– tus gustos literarios. Y artísticos, ya de paso.
- De todo se sacan una historia; de ese hombre que camina solo, de ese pájaro, de esa bolsa de tela en el suelo…
- Hacen fotos de revistas y libros, hacen recortes –de revistas, ¡de
un libro jamás!– los subrayan y destrozan los periódicos. Con tanto
lápiz y rotulador, su escritorio –o la casa entera–, termina pareciendo
un basurero.
- Nunca sabrás si sus papeles, incluso los que parecen rotos, sucios y arrugados, son realmente papeles sucios y rotos.
- Los tirarás a la basura, montará en cólera y discutiréis.
- Discutiréis aunque no hagas nada. Necesita el drama.
- Idolatran a gente que nadie conoce (como Allen Ginsberg, Kyoichi Katayama, Megan Maxwell, Amelie Nothomb, Palahniuk, etc). Te pierdes entre nombres.
- Escriben a diario y casi nunca te enseñan nada.
- El ruido de las teclas en insoportable.
- Toman demasiado café./Fuman demasiado./Beben demasiado. El presupuesto se dispara y la cosa no está para fiestas.
- Odian los best-seller. Aman la novela de autor. Cuestión de
principios. Tú no entiendes la diferencia más allá del precio que marca
la etiqueta.
- Cargan con cinco cuadernos, seis libretas y siete bolígrafos distintos allá dónde vayan.
- Siempre tienen restos de tinta en las manos.
- No duermen mucho. La luz del día les pone de mal humor.
- Son unos bohemios.
- Si te preguntan “¿qué e ha parecido?” y les contestas “está bien” o “es bonito”, montan en cólera.
- “No entiendo el final”, tampoco es aceptable. Hay que entender el final.
- Todo lo convierten en algo distinto a lo que en realidad es: la vida es una metáfora.
- La vida es una página en blanco.
- Pasarán días sin cambiarse de ropa; todo el día creando. Están ocupados.
- Odian Excel. Odian la televisión. Odian la estupidez. Odian no ser comprendidos. Odian el odio gratuito. Odian muchas cosas.
- Cuando no escriben, leen. Apenas tendrá tiempo para ti, mucho menos, vida social.
- Quieren salvar al mundo con su próximo relato o novela.
- Son freaks y algo infantiles.
- Siempre serán más cultos que tú o tus amigos, sobre todo, mucho más que tus amigos. Ellos no comprenden la belleza tras Snuff, de Chuck Palahniuck.
- Ven documentales y van a museos.
- Siempre están informados de todo a toda hora.
- Aman los jerseys gigantes, las bufandas, los sombreros. Da igual que
fueran de sus abuelos y huelan a naftalina. Son un in en su armario.
- Les gusta la música, pero rara, y no “indie”, “dream pop” y etc,
sino música rara de verdad, música que el resto de la humanidad no
conoce.
- Tienen sus chistes propios y jamás, jamás alcanzarás a entenderlos.
- Les gustan las camisetas con estampados raros y con chistes, si pueden ser de esos suyos que sólo ellos entienden, mejor.
- Tienen sus propias tiendas con mercancía selecta para escritores a
precios desorbitados que nunca podrán comprar hasta que vendan su
primera novela.
- Quieren gastar todo su sueldo en la papelería de La Central o La Fnac.
- En el metro lo pasan bomba, eligen a sujetos aleatorios y experimentan con ellos en su cabeza.
- Torturan a los camareros de las cafeterías pasando largas horas allí para escribir con tan sólo una consumición.
- Su obra siempre será mejor que la del resto. No lo dicen, pero lo piensan fuerte.
- Pasan más tiempo corrigiendo lo escrito que, en realidad,
escribiendo. Sabrás que está en esas porque oirás suspiros, bufidos y un
constante rechinar de dientes. Puede que también maldiciones tipo sacre bleu.
- Llevan una doble vida que les tortura profundamente: la de escritor y
la de informático/cajero del día/publicista/dependienta del
bershka/equis.
- Siempre tienen sueño porque trabajan todo el tiempo, más que ningún otro ser humano, si le preguntas a él.
- Su carácter y estado de ánimo dependerá proporcionalmente a la cantidad y calidad de lo que hayan escrito durante el día.
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