50 razones para no casarse con un escritor

50 razones para no casarse con un escritor

 

Tomado en  Gracias @LnaXIII

  1. Son gente muy rara.
  2. Hay miles de millones de ellos en el mundo.
  3. Tienen tendencias manifiestamente ególatras y siempre llevan la contraria.
  4. Son unos misántropos y tienen tendencias depresivas.
  5. Ganan sueldos bajos. (O ningún sueldo.)
  6. No aceptan críticas, las reciben pero no las asimilan bien.
  7. Se odian entre sí.
  8. Sumar y restar sí, pero operaciones complejas… Buff. ¡Son de letras puras! (Aunque haga dos meses que terminaran la carrera de Arquitectura)
  9. Les gusta ver los créditos completos de las películas (siempre ven películas raras que nadie conoce).
  10. No te dejarán meter en casa libros de Nicholas Sparks o Stephenie Meyer. Por mucho que te gusten. Da igual.
  11. Opinará sobre –criticará– tus gustos literarios. Y artísticos, ya de paso.
  12. De todo se sacan una historia; de ese hombre que camina solo, de ese pájaro, de esa bolsa de tela en el suelo…
  13. Hacen fotos de revistas y libros, hacen recortes –de revistas, ¡de un libro jamás!– los subrayan y destrozan los periódicos. Con tanto lápiz y rotulador, su escritorio –o la casa entera–, termina pareciendo un basurero.
  14. Nunca sabrás si sus papeles, incluso los que parecen rotos, sucios y arrugados, son realmente papeles sucios y rotos.
  15. Los tirarás a la basura, montará en cólera y discutiréis.
  16. Discutiréis aunque no hagas nada. Necesita el drama.
  17. Idolatran a gente que nadie conoce (como Allen Ginsberg, Kyoichi Katayama, Megan Maxwell, Amelie Nothomb, Palahniuk, etc). Te pierdes entre nombres.
  18. Escriben a diario y casi nunca te enseñan nada.
  19. El ruido de las teclas en insoportable.
  20. Toman demasiado café./Fuman demasiado./Beben demasiado. El presupuesto se dispara y la cosa no está para fiestas.
  21. Odian los best-seller. Aman la novela de autor. Cuestión de principios. Tú no entiendes la diferencia más allá del precio que marca la etiqueta.
  22. Cargan con cinco cuadernos, seis libretas y siete bolígrafos distintos allá dónde vayan.
  23. Siempre tienen restos de tinta en las manos.
  24. No duermen mucho. La luz del día les pone de mal humor.
  25. Son unos bohemios.
  26. Si te preguntan “¿qué e ha parecido?” y les contestas “está bien” o “es bonito”, montan en cólera.
  27. “No entiendo el final”, tampoco es aceptable. Hay que entender el final.
  28. Todo lo convierten en algo distinto a lo que en realidad es: la vida es una metáfora.
  29. La vida es una página en blanco.
  30. Pasarán días sin cambiarse de ropa; todo el día creando. Están ocupados.
  31. Odian Excel. Odian la televisión. Odian la estupidez. Odian no ser comprendidos. Odian el odio gratuito. Odian muchas cosas.
  32. Cuando no escriben, leen. Apenas tendrá tiempo para ti, mucho menos, vida social.
  33. Quieren salvar al mundo con su próximo relato o novela.
  34. Son freaks y algo infantiles.
  35. Siempre serán más cultos que tú o tus amigos, sobre todo, mucho más que tus amigos. Ellos no comprenden la belleza tras Snuff, de Chuck Palahniuck.
  36. Ven documentales y van a museos.
  37. Siempre están informados de todo a toda hora.
  38. Aman los jerseys gigantes, las bufandas, los sombreros. Da igual que fueran de sus abuelos y huelan a naftalina. Son un in en su armario.
  39. Les gusta la música, pero rara, y no “indie”, “dream pop” y etc, sino música rara de verdad, música que el resto de la humanidad no conoce.
  40. Tienen sus chistes propios y jamás, jamás alcanzarás a entenderlos.
  41. Les gustan las camisetas con estampados raros y con chistes, si pueden ser de esos suyos que sólo ellos entienden, mejor.
  42. Tienen sus propias tiendas con mercancía selecta para escritores a precios desorbitados que nunca podrán comprar hasta que vendan su primera novela.
  43. Quieren gastar todo su sueldo en la papelería de La Central o La Fnac.
  44. En el metro lo pasan bomba, eligen a sujetos aleatorios y experimentan con ellos en su cabeza.
  45. Torturan a los camareros de las cafeterías pasando largas horas allí para escribir con tan sólo una consumición.
  46. Su obra siempre será mejor que la del resto. No lo dicen, pero lo piensan fuerte.
  47. Pasan más tiempo corrigiendo lo escrito que, en realidad, escribiendo. Sabrás que está en esas porque oirás suspiros, bufidos y un constante rechinar de dientes. Puede que también maldiciones tipo sacre bleu.
  48. Llevan una doble vida que les tortura profundamente: la de escritor y la de informático/cajero del día/publicista/dependienta del bershka/equis.
  49. Siempre tienen sueño porque trabajan todo el tiempo, más que ningún otro ser humano, si le preguntas a él.
  50. Su carácter y estado de ánimo dependerá proporcionalmente a la cantidad y calidad de lo que hayan escrito durante el día.

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