Muere la duquesa de Alba: Cayetana Fitz-James Stuart a los 88 años de edad

Muere la duquesa de Alba: Cayetana Fitz-James Stuart  a los 88 años de edad
EPD
María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y Falcó de Silva y Gurtubay.

Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, duquesa de Alba, ha fallecido el jueves 20 de noviembre a los 88 años de edad en su casa de Sevilla. El cadáver de la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, será incinerado. Sus cenizas serán depositadas bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad de Sevilla.

Con el fallecimiento de Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba, acaba una era en el mundo de la aristocracia y la nobleza española. Cayetana acumuló docenas de condecoraciones y honores a lo largo de su vida, llegando a ser la persona con más títulos nobiliarios en España. Incluso llegó a aparecer en el Libro Guinness de los Récords como la persona con más títulos del mundo.


Según Gerardo Correas, Consejero Delegado de la Escuela Internacional de Protocolo, no está tan claro que con ella se haya batido el récord mundial. "En todo el mundo... habría que comprobarlo, y tener en cuenta a algunos otros. Por ejemplo, con Alberto de Mónaco también tiene muchísimos títulos", explica. Aunque sí que asegura que, si no por cantidad, "por calidad sin duda es la número uno, debido a su colección de Grandezas de España, que es la dignidad más alta de Europa".

Cayetana tenía 16 TITULOS con el apellido Grande de España: siete condados, seis ducados, dos marquesados y un condado ducado, "el de condesa duquesa de Olivares", explica Correas. Y sin olvidar la importancia que tiene el ducado de Alba: "en el libro de los duques es la segunda casa después de la de los duques de Medinacelli". Además, la duquesa ostentaba muchos más títulos sin dicha Grandeza: 17 marquesados, 13 condados y un vizcondado.

La importancia de las llamadas Grandezas de España viene porque esta es "la máxima dignidad (después de infante, que está reservada para los hijos del rey). Es otorgada por el monarca al conceder un título, aunque también puede concederla sin llevar anexo ninguno". Este tipo de dignidad "normalmente se hereda, pero también puede ser vitalicia y morir con la persona", explica Correas.
Como recuerda el experto en protocolo, la aristócrata "recibió múltiples condecoraciones y títulos honoríficos: hija predilecta de Andalucía y de Sevilla Medalla de Oro de Madrid, Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el sabio, Medalla de Oro de las Bellas Artes, alcaldesa honoraria de Liria (Valencia)...". Además, también ha ostentado el título de condestablesa, algo que suena curioso y anticuado. "Es un cargo que ahora no está en vigor", explica Correas, "pero que durante la historia, ya desde el Imperio Romano, ha tenido muchas funciones. Es más bien un titulo honorífico".

HERENCIA DE NOBLEZA (Y CASI REALEZA)

Tras su muerte, los títulos los hereda su hijo mayor, Carlos Martínez de Irujo, que ya es duque de Huéscar desde 1954 (también con Grandeza de España). El que es su esposo desde octubre de 2011, Alfonso Díez Carabantes, será considerado duque viudo de Alba. Pero puede dejar de serlo: solo mantendrá el honor "mientras no cambie de estado civil. Si se vuelve a casar, lo pierde", zanja el especialista.

La concentración de títulos que ha tenido la duquesa no se perderá, ya que pasarán todos a su hijo Carlos. Todos excepto los que ella misma ya repartió en vida: el ducado de Huéscar, a su primogénito; el ducado de Híjar y los condados de Aranda y Palma del Río (ambos con Grandeza de España) y de Guimerá y de Ribadeo (sin Grandeza), y los marquesados de Almenara y de Orani, todos para su hijo Alfonso; el marquesado de San Vicente del Barco, a su hijo Fernando; el condado de Siruela, cedido a su hijo Jacobo; el ducado de Arjona y el condado de Salvatierra, cedidos a su hijo Cayetano; y el ducado de Montoro, que fue a parar a la más pequeña de sus descendientes, su hija Eugenia.

Son tantas (y tan altas) sus distinciones que, si Escocia llegara a independizarse y se decidiera por una monarquía, Carlos sería "un firme candidato" a la corona, al descender de los Estuardo, dinastía reinante desde 1371 hasta 1603.

Con tantos títulos en su haber (e historias tras ellos, como que el duque de Alba podía entrar con su caballo en la Catedral de Sevilla, y que era el único católico eximido de arrodillarse ante el Papa), ¿qué hay de cierto en la leyenda de que la reina Sofía, o ahora la reina Letizia, debían inclinarse ante la duquesa? "De ninguna manera. Esa leyenda es absurda. La reina no se inclina ante nadie. La duquesa saluda a los reyes del mismo modo que cualquier otra persona", cuenta Correas. Y así tendrá que hacerlo a partir de ahora el flamante duque de Alba.

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