GROSS MY HEART-STICK A NEEDLE-HOPE TO DIE- IN MY EYE.
©Garcíaalonso Margarita GROSS MY HEART-STICK A NEEDLE-HOPE TO DIE- IN MY EYE. CREACION DIGITAL
Estoy por creer que
lo que más jode a un creador en nuestros días es la decencia. La decencia de no
denunciar sus desgracias. Se me escapan
las mías, y desde hace un tiempo arrastro recolectores que aprovechan para retardar, impedir o utilizar
lo que escribo y pinto para asuntos personales, ajenos a mi voluntad.
¿Qué pasa, debo
buscar a un santero, poner los nombres en el congelador o formar brete público
en este espacio? Y esto desde la famosa “generación de los ochenta”, muchos
manuscritos que aparecieron en la antología fueron revisados en la mesa de casa
por Carlos Augusto Alfonso, todo el
mundo sabe que es más que mi amigo, y al
final no entré en Retrato de grupo, por
causas “malditas” entre el manuscrito y la entrega final, desde entonces, los
amigos que me conocen decidieron tampoco incluirme, a nadie le molesta el
asunto, simplemente repiten nombre y nombres y me quede fuera.
Causas, no las
sé: ¿ Qué perdía tiempo con un viejo poeta que moría, o me había ganado casi
todos los concursos y encuentros literarios de época, que ya pensaban sacarme un libro en Letras
cubanas o que uno de los antologadores tenía desde entonces un huewo para la exclusión? Misterio. Y no se hagan los maltratados por
esto, ni me califiquen de granuja por recordarlo, si en ese momento participábamos del mismo
encuentro, tenía las mismas posibilidades de ganarme el premio, después fue que hicieron obra,
mientras andaba medio trastornada por este mundo. Tampoco digan, ah, nació en
el 59, porque hay del 58 también.
Y dale, del 2013 acá:
Más de cuatro meses con la incertidumbre de haber perdido los cuadros de una
expo porque me los envían sin franqueo y no puedo pagarlo en Correos Francia,
hasta que pierdo nalga para que no destruyan el paquete, los devuelven y un amigo finalmente pudo recupéralos en el punto de partida.
Y dale…
ponen mi nombre en actividades donde no puedo llegar si no me salen alas y con
la misma gracia divina se pasan, mientras regalan mis cosillas a asociaciones
que no conozco para ser admitidos…
y dale….otro que me secuestra un libro por más
de un año hasta que decido publicármelo sola, como siempre hago, y ahora espero , desde hace
semanas, ver meses , que me devuelvan
obras que presté para una inauguración y
no llegan, no llegan. ¿Qué pasa? NO pido
nada, nunca pido nada, si no ayudan, no se ofrezcan, ¿qué ventaja tiene joderme un poco más?
Ah, saben que
como reina me apena sonrojarles en público. ¿Será la decencia una fatalidad? ¿No
les da pena? No se presten, que estoy llegando al límite del silencio.
Commentaires