Contradicciones.
En este día
invernal del verano francés, camino bajo un resplandor insoportable, y, sin
embargo, veo que todos los apartamentos de mi calle tienen las luces
encendidas. NO ES UN EJERCICIO, ni LENGUAJE CONTRADICTORIO, no,
desgraciadamente, es la situación de este martes en La Normandía. Para que no
me digan oscura, omití el humillo de las calefacciones y
chimeneas que ensucia nuestro
"primer cielo", ese primer
cielo del norte que roza las aceras, asciende al tercer piso, y descansa en una
nube, unos centímetros por encima de los
tejados.
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