Conste como Oficio : La que escribe
Conste como
oficio para los poetas y cercanos.
La que escribe buscó a su amigo Camilo Venegas Yero y le contó
que pudieron al
fin identificar los restos de Fayad de la fosa común
en que estaba
enredado con los artistas del circo y antes de que
termine el año,
para el otoño, reposarán decentemente en Guayos,
en sepultura con nombre.
7/6/2010
Ella también escribe
por CAMILO VENEGAS YERO

Descubrimos
al poeta en uno de los extremos, con una venda en el cuello y abrazado a
una muchacha que lo sostenía en pie. “Ella también escribe”, dijo
alguien a mi lado. “Pero está buenísima”, aclaró otro. Dos o tres
semanas después leí en la prensa la muerte de Fayad. Había oído
muchísimas veces la palabra “viuda”, pero era la primera vez que la
pronunciaba: “¿Cómo está ella?”, pregunté.
Un
año después, me invitaron a un encuentro de escritores que se celebró
en la playa de Rancho Luna. Coincidimos en el hotel con una tormenta
tropical. Los aguaceros y las rachas de viento convirtieron las áreas
comunes en una zona de desastre. Por eso la mayor parte del tiempo
permanecimos en las habitaciones, sin poder salir a nada.
Yo
compartía la mía con Alfredo Zaldívar y justo al lado de nosotros
estaban la de Wendy Guerra y Margarita García Alonso. A Wendy la había
conocido años atrás, una tarde que me invitó a una crema de queso en el
Wakamba. A Margarita la había visto una sola vez, aquella noche en que
encendieron las luces de Casa de las Américas y apareció abrazada al
poeta.
Hace
unos meses que nos volvimos a encontrar y, aunque ella sigue en Le
Havre y yo en Santo Domingo, de vez en cuando nos encerramos en una
habitación de Facebook para seguir conversando y esperar a que pasen
nuevas tormentas. En un intercambio de esos, llegó un poema mío a uno de sus blogs.
Mi
texto regresa al mismo lugar de siempre, con la esperanza de rencontrar
algo que no supe esperar. Su bitácora, en cambio, sigue hacia delante,
convocando a todos los que estén dispuestos a librar sus sueños. Sí,
ella también escribe y pinta y dice lo que piensa, como si no quisiera
que nada más se muera a su alrededor.
Commentaires