ay, qué meada!
Acabo de tropezar con otro texto de la putipatética manipuladora de artistas y escritores cubanos (repite lo de siempre, su psicoanálisis menopáusico viciado- vacío pre- pro -existencia) y esta vez no vomité, pero hice una enorme meada y me voy feliz a la cama, qué suerte no haber caído en sus manos, jamás, jamás!
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