Sir John y la letrina poética.
El poeta Sir John Harington inventó el inodoro en 1589. Harrington había notado que obtenía mayores alcances poéticos cuando relajaba el esfínter y desaparecían, por " milagro poético", los dolores en el pecho y la panza, pero los orinales eran bastante incómodos y muy estrechos para su "remarcada" asentada que ambicionaba vivir en pleno arrebato de inspiración, sin tener que ocultar el mal olor que despedían los tibores escondidos bajo la cama.
El poeta John Harington terminó el diseño del inodoro, sin dejar de escribir sus románticos versos, rápidamente concluyó un libro de poemas (The Metamorphosis of Ajax) que de inmediato mandó imprimir, y en medio de la sorpresa de los cortesanos, mandó instalar dos inodoros: uno para su uso personal y otro destinado exclusivamente a la reina Isabel, quien era su madrina.
Cuenta la historia que "sus poesías eran pocas y al libro le sobraban varias hojas en blanco”. Como el papel escaseaba y no estaba bien desperdiciarlo, John decidió incluir en su libro de poemas los planos de su retrete privado.
Este primer diseño de váter, instalado en el palacio de Richmond de la Reina, consistía en una cisterna -que podía servir también como pecera-, una reserva de agua en la taza y una palanca para hacer funcionar el sistema.
A la soberana le encantó el presente, pero las casas inglesas no poseían el sistema de drenaje y sin cañerías, el asunto se estancó. Cuando Harington dispuso patentar su invento, la reina no le dio permiso. Un poeta metido en retretes da mucho que hablar, sin contar que a la época las burlas doblaban de la risa a medio reinado.
El sir poeta se enfadó y publicó el sentido poemario al que hice referencia (La metamorfosis del Ajax, no han leído mal, Ajax como el producto de limpieza para WC) en el que describe detalladamente su adorado inodoro. La reina montó en cólera y lo desterró de la Corte.
La invención del retrete quedó en ‘stand by’ durante casi 200 años, hasta que el relojero Alexander Cummings patentó su versión del inodoro en 1775 con importantes mejoras: funcionaba una palanca que al ser accionada dejaba escapar el agua de un depósito y abría una compuerta en el fondo del inodoro, vaciando su contenido en el desagüe.
En 1778, Joseph Bramah patentó la versión de un inodoro de válvula; modelo que es considerado como predecesor del que utilizamos en la actualidad.
Fue durante el siglo XIX cuando el uso del inodoro se extendió masivamente entre la población. Defecar cómodamente, en privado, es obra de un poeta, sin embargo, muchos escritores olvidan, cuando hacen sus necesidades, a la poesía, los poetas, la mierda y las Letrinas-Trono e insisten en el invento. Este hecho, que tanto ocultan, es como una maldición de mierda que planea sobre todos los tiempos y sirve de explicación a fenómenos literarios.
Aunque busqué hasta el cansancio, he encontrado un solo poema y cerca de 14 700 résultats en
BEAUTY,
Sir John Harington
Such colour had her face as when the sun
Shines in a watery cloud in pleasant spring;
And even as when the summer is begun
The nightingales in boughs do sit and sing,
So the blind god, whose force can no man shun
Sits in her eyes, and thence his darts doth fling;
Bathing his wings in her bright crystal streams,
And sunning them in her rare beauties beams.
In these he heads his golden-headed dart,
In those he cooleth it, and tempereth so,
He levels thence at good Oberto's heart,
And to the head he draws it in his bow.
BELLEZA
La tez le brillaba como cuando el sol atraviesa
una nube empapada en la primavera agradable;
y así como los ruiseñores se posan en las ramas y cantan
al llegar el verano, lo hizo el ciego dios de irresistible poder,
ahorcajado en sus ojos, lanzando desde allí sus flechas;
bañando sus alas en los radiantes arroyos cristalinos de ella,
y secándolas en sus hermosos cabellos centelleantes.
Sobre estos dirige su dardo de dorada cabeza,
sobre aquellos se entibia y templa,
elevando el tiro hacia el buen corazón de Oberto,
y hacia la cabeza que lo ciñe en su arco.
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