ÉL VIENE, en Sustos de muchacha, Margarita García Alonso






ÉL VIENE


Las vendas de La Bastilla
aún cubren su rostro
a mis manos se enhebran
recostado a los muros sonríe
enseñándome a otros soldados
en la hierba del patio.

De lejos viene noche tras noche
a buscarme en los sueños
donde le espero con espanto
de que escape.

No sé el nombre que le vestiría de humano
reconozco que desangra
y deambula ebrio
por los siglos
sin cambios de casaca
sólo presintiendo mi memoria.

Esquiva mi tono
murmura no sé qué año donde encuentro
que allí estuve
rasgando sayuelas, condenada.

Cuando veo sus ojos tristes
vuelvo a morir. 



del libro SUSTOS DE MUCHACHAMargarita Garcia Alonso,  Ediciones Matanzas, 1988 en venta AMAZON 

Commentaires

Anonyme a dit…

Siempre he creído, eso lo aprendí de mi gran amigo Rufo Caballero, que lo más importante es trabajar cada día y hacer tu obra, al margen de la poco o nula estimación social que pueda haber o existir en torno a ella. Él decía, con esa sabiduría tan propia: “trabaja, trabaja, trabaja cada día y funda un universo personal que te identifique como escritor, crítico o ensayista, busca un estilo que entre todos los existentes, sea el tuyo”. Esa es la mayor de las victorias frente a las pataletas y los cotilleos tan del gusto de este tiempo del desgaste y de la lentejuela. La gente suele confundir el “éxito” con el “reconocimiento”. Y sufren por la añoranza de ese “reconocimiento social”, sin darse cuenta de que –acaso- no existe éxito mayor que hacer la obra propia. No existe éxito mayor que el poder estar a gusto con ella o negarla una y otra vez, hasta que sea cada día mejor. Ese es el éxito auténtico. Lo otro, si me apuran, es un pacto sórdido y mesquino con sabe dios qué entidad o figura de poder de las que regentan el campo de la cultura. Yo soy un crítico feliz: hago mi obra y mis libros (más o menos buenos, más o menos apasionados, más o menos…¿?) dan fe de ello. La historia, y no la rabia de unos pocos o su indiferencia, será la que tenga, en este caso, la última palabra…Andres Isaac Santana
Anonyme a dit…
Felicidades, olvidé decirte pero admiro tu entrega, ese trabaja, trabaja, trabaja siempre margarita.

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