Decreto de la herborista.



Decreto de la herborista.


La lengua roza el interior con violencia
en cada poro germina un cactus
que desciende del pubis a los pies

-con arbitrariedad estética de enredadera
busca comida para el mes-

Como si fuese un juego prohibido
echo a mano al reloj de preciosismo suizo:
la arandela nunca se traba
jamás un traspiés, exacta y aburrida.

Hay que renunciar- anuncian los médicos-
no reescribir textos, no dictar elegancias,
amputar los apuros, determinar
la palabra que condena.

Ser maligno, cortar el traje,
la apariencia, el destiempo,
añorar el hueco
para que ocurra la conversión
del humano en planta.

Morder el hueso que afirma a la columna
como un jeroglífico inocente.

El cuerpo aclimatado a genes contradictorios
al desamor que ovula en la vagina

- intruso océano, marejada
de órganos que destilan-

Asumir el riesgo, ahogarse en los tejidos
multiplicar células diferentes a la escritura.

Cuerpo atado a malvas fulminantes
a la absoluta nada de la sangre cuando cesa
de nutrir plasmas airados,
todo tan cercano y similar al acto de nacer.

Definirse, acurrucarse sin el estruendo
del corazón de madre,
hacer confianza a la natura,
ser semilla, pasar a vegetal
porque ha sucedido lo irremediable.

Destruye el miedo,
destruye esa neurona que hinca rodilla
saca pecho, desahoga tu ímpetu de huir.

Cuando tengas mi edad habrás aprendido
a cuidar los ataques estéticos, la rigidez excesiva.

Todo ha pasado como un trabajo de perros
drogados de vanidad y de ira.

Mantén la aristocracia: muestra piedad
por tu ruina de versos.

Eres solo la podredumbre que
quizás germine bajo el ojo
de esta humilde herborista.



del poemario "Cuaderno de la herborista" , Margarita García Alonso, Editions Hoy no he visto el paraiso, 2012. 

© 2012 Editions Hoy no he visto el paraíso.
© Margarita García Alonso.
ISBN:978-2-919441-21-1
DL: 9782919441211
Impreso en España / Printed in Spain Impreso por Bubok

Ya que no he podido entender a los Hombres,
recorto y coso pero no me sale un humano,
me dedico a las plantas.
La herborista.

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