todas las islas interiores
Marga querida:
Anoche tuve el grandísimo honor de leer tus poesías en Zu Galería para el público… tan hermoso libro! Y con esas ilustraciones tan preciosas! La combinación con las poesías tuyas y de Maya le otorgan a la obra una magia visceral, fuera de este mundo. El grupo allí reunido parecía estar interconectado a niveles superiores, en algún lugar del universo donde la sensibilidad y el amor se conjuraban para arrastrarnos a la reflexión y lo trascendental. La lluvia había limpiado el aire y bautizado el patio siempre acogedor de Zu.
Fueron más o menos unas cuarenta personas, normalmente se llena más pero como estuvo toda la tarde de tormenta mucha gente no salió a la calle, aún así la actividad quedó preciosa, con una energía buenísima, las aplaudieron mucho a ti y a Maya, la gente gustó de los textos y las pinturas, Manny también puso afuera, con las ilustraciones, tus dos pinturas que están acá en exhibición para que la gente las viera en el contexto de la lectura, alguna gente preguntó en dónde se podía adquirir el libro y Maya los remitió a tu Facebook*, así que es probable que se comunique contigo alguna que otra persona, y bien harían, porque es un libro maravilloso. Necesitaría que me enviaras la dirección de Internet donde lo tienen publicado para difundirla. Maya habló del libro brillantemente, muy hermoso todo lo que dijo, es una pena no haber tenido una grabadora.
Allí había una amiga tuya -desgraciadamente no recuerdo su nombre- que te conoce de Cuba e hizo tu historia con Fayad, lo que te hizo el gobierno cubano, lo que sufriste, cómo te fuiste a vivir a Francia y por qué, pues Olga O´Connor, la periodista del Nuevo Herald, hizo preguntas sobre ti. Estuviste toda la noche presente y a mi se me erizaban los pelos cuando estaba leyendo tus poemas, todo fue muy raro pues no me esperaba que sería yo quien lo hiciera, sucedió que Maya se viró hacia mí y me dijo que los leyera y me presentó al público como tu amiga –y Manny diciendo “sí, Karin, me gustaría mucho”, con entusiasmo, porque a él también lo estaba impulsando las hadas. Al principio me dio corte pues aunque no lo creas padezco de timidez escénica, pero cuando cogí el folleto entre mis manos, de pronto empecé a leer con una locuacidad y claridad tan grandes, que yo misma me sentía extraña, como si otro ser que no era yo estuviera leyendo. Lo cierto es que al estar inmersa en tu poesía, es probable que tu propio pensamiento estuviera en comunión con el mío, o lo estaba invocando, o quizás el espíritu de una de esas diosas normandas que entran a tu pincel o a tu teclado cada noche, se posesionó del mío, quién sabe, pero no fue nada convencional y sí muy especial. Me llamó la atención que los demás también estaban en sintonía con esa energía, hasta la foto de Vanessa con la flor y la chica del pelo rojo, tenía un aire místico.
Le doy las gracias a nuestra querida amiga Maya Islas por haberme dado la oportunidad de leer tus poemas, que en cierta medida fue como si los hubieras leído tú, y la presencia de Belkis así como la de los elegidos, es decir, los que por alguna razón pudieron llegar allí esa noche, hicieron de la velada un evento de hermosa espiritualidad. La isla estaba allí, y todas las islas interiores que no creen ni en fronteras ni distancias.
Un gran abrazo, las quiero siempre,
Karin
Gracias a Baltasar Santiago Martin por la foto.
William Rios, en ángel guerrero de las chicas que recorren Isla.
Isla en BUBOK
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Abrazos e infinitud!