EL PRECIO DE LAS PALABRAS.
Yo vengo desde lejos a correr los cerrojos,
a mirar cómo se apagan los rescoldos
en la sala desierta
donde una vez centellearon, ilusivas,
mis palabras.
Siempre encubierto,
creí haber recreado estados espirituales
y era sólo el vicio de los ecos.
Y tardé tanto en comprender
que se puede acceder a la imagen,
pero el sentimiento ha de quedar velado al hombre.
Para decirlo mejor: una noche de angustia,
el escozor que nos hiende, el sollozo virginal,
el júbilo trepidante
no pueden ser enmarcados
en combinación alguna.
No se revisita la noche,
ni el escozor, ni el júbilo
a no ser que cerremos los ojos,
y resistamos la tentación de la página.
Describir un quebranto es medirnos
contra el arco de un dios
y requerir un efecto.
No se revisita ese quebranto
Para descubrir toda la vaciedad que allí se enmascara.
Descuidar así los pálpitos, y sustituirlos
por las imbricaciones de la naturaleza:
sutiles lazos, halos que no oscurecieron jamás
por ser las fachadas una obsesión
de quien sólo descubre en los reflejos
el rostro que le enaltece y le miente.
Como el que sobrelleva todo el desprecio de una estirpe
que aísla entre escombros,
preso de las simulaciones,
así he pagado el precio de las palabras.
Manuel Sosa (Meneses, Cuba, 1967) Poeta. Licenciado en Lengua y Literatura Inglesa. Ha publicado los libros Utopías del Reino(Premio David 1991, Premio Nacional de la critica 1993), Saga del tiempo inasible(Premio Pinos Nuevos 1995), Canon (200) y Todo eco fue voz(antología, 2007). Reside en Atlanta, Georgia
Commentaires