El doble cuño de L. Santiago Méndez Alpízar, en BAGAZO: poemas iberos




“Se enmarañan en la poca lógica del bulto. A la indiferencia y la falta de tiempo”; sentencia la primera página del poemario “BAGAZO: poemas iberos" número 0, de la Colección Atocha de Poesía Hispanoamericana, creada, tramada, deseada por el poeta L. Santiago Méndez Alpízar, en Madriz.

Conocí a este cubano –viene de San Juan de los Remedios, pueblo perdido en el centro de la isla –en el mítico café Libertad #8 - confluente de Chueca y de la Gran Vía- mientras recitaba versos de ¿Entonces qué? , publicado por Verbum.

Leía poemas y dejaba caer las páginas al suelo, tiraba algunas como hacemos con todo lo que desacralizamos, vencemos o nos duele demasiado para ser sostenido por el cuerpo y cae por peso, por gravedad y suerte, a trasformarse en pasto, materia susceptible de matarnos o de germinar.

La sala estaba en penumbras, y ofrecía entreactos bajo la voz y los acordes de la guitarra de Julito Fowler, quien retomaba versos, incursionaba en “con tantos palos que te dio la vida”, mientras en la mesa aledaña los ojos negrísimos de Maria Elena Cruz Varela y los míos se perdían en el estruendo que provocaba el viajero, las causales y caminos del exilio.

La movida no escondía la frase que identifica la esquina cubana donde Chago tuvo que probar- sin dudas- que era un hombre que manejaba principios y no dejaba pasar al intruso e hipócrita misionero , y que me hizo recordar la predisposición que poseo a ir directo, poco aconsejable en materia poética, si no fuera por el aval de Antonio Machado:

“Huid del preciosismo literario, que es el mayor enemigo de la originalidad. Pensad que escribís en una lengua madura, repleta de folklore, de saber popular, y que ése fue el barro santo de donde sacó Cervantes la creación literaria más original de todos los tiempos. No olvidéis, sin embargo, que el «preciosismo», que persigue una originalidad frívola y de pura costra, pudiera tener razón contra vosotros cuando no cumplís el deber primordial de poner en la materia que labráis el doble cuño de vuestra inteligencia y vuestro corazón [1].

Mi estancia en Madrid era incierta pero Chago- así le llaman -estaba de brújula y era yo la que andaba “enmarañada como un bulto sin lógica”, con un ángel humeante de Malasaña, por la única ciudad donde se aclara el exilio, el entredicho, la fabada, el aire… y supe que se preparaba el presente libro.

L. Santiago Méndez Alpízar abandonaba esquina, maleficio, y devino ciudadano, y padre, todo en ese tiempo de inquisidor del pulmón, de los ovarios de la ciudad, quien en amante secreta se desvestía y lo llevaba por la callejuela , hasta entonces desconocida, donde el poeta amaestraba las resistencias y sellaba su incorruptible autenticidad.

Chago disfrutaba del equívoco que provocaría en los contemporáneos; no necesita plantarse en ningún barrio para que el verso fluya inmenso y le transporte al libro que recomiendo hoy, la cabeza en los demonios de Fuencarral.

Cuando me llegó el manuscrito de los poemas ibéricos, dibujé incesantemente, celosa de hermanarme a quien allá permanecía- como nombra, en la presentación, Iván de la Nuez - en ese Madrid infierno.

Infierno desconocido para el que no haya puesto el pie en Europa, y que me acusen de madrileña bastarda, quien jamás asuma el riesgo –lo hizo Martí en su época – de tirar el bulto en la ciudad.

Infierno de connotación humana, lugar de posible vida, nada regalado, todo te lo ganas, en fin, semejante al destino poético. El resto, incluidos los lugares paradisíacos y la superchería de pacíficos escaños donde detener el tiempo del destierro, hieden a refugio barato, a andar en grupo protector, y quedan en la muestra de preciosas bibliotecas que escudan rebuscadas resonancias , ecos de cántaro perdido, paraísos aburridos, y por tanto, desesperados de lustre, ajenos al transito terrenal. En Madrid se está consigo mismo y la ciudad. Basta.

L. Santiago Méndez Alpízar me enseñó cuando dice: “No es tradición ni cabeza de guanajo …Eran los sueños que surcaban al niño de dormir con la cabeza en el excusao”, que era culpable de proferir la palabra exacta, nombrar el lugar justo, donde cualquier invento tropológico, nomenclatural de la fauna poética, sería plumita de pájaro real, mientras él no se atrevería a meter vaselina al verso.

No me engañó, los papeles estrujados en Libertad# 8 han dado paso a quien, hoy por hoy, ha realizado, quizás sin saberlo, el transito de la forma y la creencia (fe). Fe en la razón, mermando la rabia del que escribía como si se sintiera traidor de abandonar la isla, y se autorizara la coherencia moral, largando amarras como poeta y hombre.

Es evidente la reconciliación del que no partió de vacaciones, desembarca en la península y dentro de la poesía contemporánea hace academia, deja testimonio de como batió remo y surcó aguas -extraño viaje de ex colonizado que conquista, impone presencia –no la desesperada que cargaba - la presencia, la entidad que asume el astro, el diablo, la sílaba del escriba y su tiempo.

Bagazo es un poemario “documentado “, “tiene papeles”, es un libro bien escrito, bueno, fuerte, homenaje a Madrid que le ha limpiado, (o lo contrario), le ha cambiado los ojos.

Ha abandonado Las Barranquillas “el joven que vive en la calle y les voy a mostrar varios ejercicios de Contorsionismo. Luego ustedes me dirán lo que bien puedan. La voluntad

Bagazo, quizás para el que desconoce Cibeles- que no es plaza, mujer en carro de mármol, y si violento mareo: a la derecha El Prado, Reina Sofía y donde Chago vive; a la izquierda la mano en bronce de Botero, que acaricia Nuevos Ministerios; al frente La puerta de Alcalá que te desnuda para que puedas confundirte en El Retiro, quizás sea la invitación a que busque urgente “las cartas que se quedan en Correos , que no salen de una caja repleta de destinos errados. Cartas compartidas con vecinos fantasmas...”, no como destinación turística, que se adentre y respire la esencia de quien allí escribió.

¿La visión poética ha mutado el ADN humano o es a la inversa? Chago, físicamente marcado por cruces de razas, ha abandonado la soberbia, la vanidad del creído cubano, para entrar al corazón de Callao por la Puerta del Sol, con un orgánico poemario, que araña, grafitea los muros del metro, y por natura conspira frente a la mujer que le hizo padre.

El formato del libro fue diseñado por Andrés Mir, cabe entre las manos, es aireado como meritan los poemas de Chago, quien corta el verso como bien le place, maneja la fragilidad humana, la fibrilla rota, cualquier desliz- diría, como poetisa que tiene horror “a eso”- “femenino”, sorprende con el machetazo. Debe tachar, pulir mucho, aunque no lo confiese este hombre, cuando entrega a la imprenta el tronco.

Javier Gazapo le legó línea fuerte, tinta negra al dibujo de la portada, donde la ciudad de enormes ojazos y cola se desliza entre los edificios, esos que veía desde la ventana de mi patio interior, antes de regresar al norte, a morir.

"Bagazo: poemas iberos" -ajeno a detrimento, es esencia de lo mascado- un delicado poemario de auto-violencia, acunado por la intensidad de la transformación. No es, de ninguna manera un poemario mensajista, atragantado; no tiene que demostrar nada; enhorabuena a este libro Per se, a la editora Atocha, al canto ingente de L. Santiago Méndez Alpízar.





No te equivoques mañana seguiré arañando en el poema


Tal vez un disparo en la cabeza

Un harakiri/

con los poemas que/
con todos los poemas que
siguen llenando el cerebro de esta maquina

Una caída libre desde algún puente famoso

Un puente por donde tengas que pasar
un puente donde larga sea mi sombra/larga sea
mi muerte

Entonces/
llenarás de agua/ de colonias la memoria

Completarás tus desgracias con las mías

Comenzaré a ser persona/ un hombre bueno/
relegado
Hombre de su tiempo/ adelantado/
quizá
para la época/

Con un final sabido desde el primer día
desde el momento en que agarraron la cabeza con los fόrceps.



L. Santiago Méndez Alpízar (San Juan de los Remedios, Las Villas, Cuba, 1970). Ha publicado "Plaza de Armas" (Letras cubanas, Cuba) ; Rockason con Virgilio Piñera (Betanía, Madrid); "¿Entonces, qué?" (Editorial Verbum, Madrid, 2007). Su obra ha sido publicada en diferentes revistas y medios. Coordina la página de Literatura y Arte Efory Atocha. Reside en Madrid desde 1996.

Para adquirir "Bagazo: poemas iberos"

[1] Juan de Mairena, en Antonio Machado, Obras completas, edición de Oreste Macrì, 2 vols., Espasa-Calpe, Madrid, 1988, p. 1.949.

Commentaires

Margara: eres muy generosa conmigo, me confieso altamente emocionado.
Recuerdo la noche del Café Libertad 8, y mis malas maneras de leer poemas, los presentes: que lujo!!
Con Julio Fowler he tenido la suerte de compartir muchas noches de canciones y poemas. Maria es una poeta importante. En fin, mencionas gentes a los que sigo muy agradecido, y a los que siempre deseo lo mejor.
Yo no estoy seguro de saber porqué lo dices, pero razón tienes cuando aseveras mi nula voluntad por demostrar nada. Yo ya pesqué al "pez", -me lo comí frito debajo de la sombra del "árbol" y le dí con mi "flecha" a la "muchacha" pretendida-
(Aquí me río, ya sabes que me río, mucho): te abrazo grande, a ver si regresas. Y te agradezco por los demás que han trabajado en el libro, por supuesto.
Margara dice sabias palabras para llegar a tí y eso me gusta, porque lo mereces, porque son muchos años ya, contra viento y marea, como aquel paso por mi pueblo del muro de lamentos, con tu existencialismo, pero también con la belleza de darle rostro a un tiempo díficil, ahora con Bagazo, entre todos tus libros, ya van conformando un cuerpo de todos tus andares en la poesía, en la amistad y en tu esencia de buen ser humano y mejor amigo. Aplaudo lo escrito por Margarita y te leo con ese dulzor que provoca la buena poesía, un abrazo hermano, estoy feliz de poder al menos hacerte llegar lo que pienso.
Anonyme a dit…
No me hacía falta que me empujaran para leer a chago. Pasaste por la esquina del Reina Sofía hace dos noches. Me encontraba inmersa en una conversación familiar de suma importancia. Reprimí las ganas de salir corriendo a decirte con tremenda sencillez que Efory atocha crece cada día más necesaria. Pero creo que Marga con esta critica lo expresa mejor que yo y encima ella gano una fan
Anonyme a dit…
No me hacía falta que me empujaran para leer a chago. Pasaste por la esquina del Reina Sofía hace dos noches. Me encontraba inmersa en una conversación familiar de suma importancia. Reprimí las ganas de salir corriendo a decirte con tremenda sencillez que Efory atocha crece cada día más necesaria. Pero creo que Marga con esta critica lo expresa mejor que yo y encima ella gano una fan
La Casa Azulada a dit…
Gran alegría; alegría irracional, de piel, alegría compartida con Chago.
Chago; una piedra llamada a ser estrella. Desde aquí y siempre los mejores elogios... "Con un final sabido desde el primer día..."
Anonyme a dit…
Hermoso tu texto Magui¡¡¡. No hay quien se resista a leer Bagazo después de leer tu extraordinaria reseña...!qué gusto¡. UN besazo¡¡¡

Julio Fowler
Anonyme a dit…
Juan Carlos Recio

Todo lo que se ha escrito sobre Bagazo es muy inteligente y meritorio, cada vez conozco más del libro y de todos los logros, sé que viene como te llegó ser padre de parir esa madurez, y de la constancia de ese discurso propio con el que siempre has contado, a Marga gracial por este artículo, tan bello y conmovedor, salud para tí y tu libro hermano, de todo corazón, un regalo sin dudas y un acierto mas en tu vida, te quiere, el buscaluz.
Anonyme a dit…
José Antonio Parra

todos los elogios para chago, todas las lunas para chago!
Anonyme a dit…
Alberto Tosca Sanchez

sabrosura acometimiento y saudade...gozo
màndamelo Chago
Manuel Vázquez Portal a dit…
La melancilía es una palabra de madera
Por Manuel Vázquez Portal
Desde Madrid me ha llegado un libro vivo. Lleno de amor y de rabia. Repleto de angustia y de soberbia. Cargado de irreverencia. Transido de una nostalgia subterránea para la que hay ser muy humano para asimilarla. Por eso es un libro vivo, respingón, indómito, coceante. Un libro borboritante de poesía. Un libro, en fin, doloroso de no sentir más que dolores y por donde transitan fantasmas que saben donde aliviar las piernas.

Bagazo, esa palabra que sugiere residuo de dulzura porque dejó su miel entre las muelas duras, no de una central azucarera, sino de una vida que tritura, es el título del libro.

Y no podía ser otro. Bagazo (poemas iberos). Versos del desarraigo pero sin poses plañideras ni convites al sacrificio. Versos humanos pero sin los afeites que despojan de humanidad muchas caretas celebres.
Corozos de la memoria deambulan por estos poemas que Santiago Méndez Alpízar acuña con el desenfado de los que nacieron para destronar cánones e instaurar una poética desde la sensibilidad sin cortapisas. En ellos se habla desde el léxico de las calles cubanas y desde léxico de academia, fundidos como en un revolcón de bronca de barrio, sin mojigaterías ni falsos pudores, sin pretensiones de explicar qué es lo cubano de este tiempo y no una cubanidad trasplantada desde quién sabe cuáles antañidades, sino de plasmar los cubano desde sí mismo.

Santiago Méndez Alpízar, Chago, como lo conocemos sus amigos, tiene una peculiar manera de entender la poesía—pero la entiende, coño, la entiende, la descubre, la seduce, se la tiempla; no como otros que con simplemente atisbarla, rozarla ya se creen sus poseedores—y desde esa peculiaridad es que entabla su forcejeo entre la imagen y su modo de expresión . No va a viejos esquemas para repetirse en ellos, sino que los exprime, los maja, los descontruye y salta de esa audacia el verso restallante, desacostumbrado, con sonoridad difícil y significado polisémico que nos brinda.

Bagazo es el resultado de una travesía expuesta sin remilgos porque Chago sabe que cuando regrese—y no piensen en el regreso pendejo sino en el trascendente—no encontrarán las puertas pintadas y que hay un final sabido desde el primer día. ¡Salve, Chago, la poseía siga siendo contigo!
"Bagazo: poemas iberos" se puede solicitar en Amazon, La Casa del Libro, www.eforyatocha.com
José Antonio Parra a dit…
Bagazo: trip de L. Santiago Méndez Alpízar"
José Antonio Parra
Bagazo (poemas iberos) resulta una perspectiva sutilmente alucinada del entramado real y simbólico de Madrid. Y es que hay que decirlo, L. Santiago Méndez Alpízar –Chago— expone aquí su palabra densa, desenvuelta. Hace algunos años que conozco a Chago, le vi por primera vez en una imagen y le intuí paradójicamente plantado y salido del mundo. En una oportunidad le dije: eres una piedra llamada a ser estrella. De igual forma conozco el carácter experimental de su trabajo –incluso psicodélico, diría yo—; una perspectiva del mundo a través de la mirada de la ganja.
Bagazo ha sido gratamente recibido, Chago recrea a Madrid, a la naturaleza citadina del espacio, los signos y las gentes desde la voz del profeta. No sé por qué –y con ello soy provocador—pero me viene a la mente la imagen de Rimbaud en las tierras del León de Judah, “si eso es posible”.
La visión psicodélica y estereoscópica de Chago escudriña hasta lo infinitesimal del teatrum mundis; la manera cómo ese cosmos se entrecruza con el lenguaje queda evidenciada cuando afirma: “mil átomos de la misma moraleja”. Por otro lado, la experiencia del exilio se impregna de una tonalidad glamorosa, el desarraigo asume la lejanía drogada de los grandes momentos, de la propia noción histórica de la obra. Pienso en lo imperecedero de la Oración funeraria de Pericles. La obra de Chago es intensa, encendida, es el trip, la nota, la traba del habitante atemporal. Me ha gustado la potencia con que el discurso gravita en esas atmósferas “anaranjadas como los muertos egipcios” o volviendo a su glamour desenfadado en “los caprichos de la apariencia”.

Los signos de Méndez Alpízar son aquellos que aparecen desde el cáñamo; el hablante lírico es directo al expresar aspectos límites de la realidad como serían su propia naturaleza y el canto al bálsamo, a ese potente bálsamo. Esa fragmentación hipnótica del texto le confiere un preciosismo sumamente exótico que llega al límite del aforismo cuando sostiene “narrar el horizonte de alguna manera”.

Su habla, como he expresado anteriormente, es la del profeta iluminado a quien Chago “ve morir por todos”. No obstante, la textura ácida que posee la atmósfera se vuelve dulce, alegremente dulce en poemas como “Voy a darte los 5 lados de la cama”; donde la melancolía y lo absurdo del enamoramiento se ponen en primer plano.

El poeta está entre la perplejidad de lo inefable y el conocimiento último del viaje “todo aquello que no sé nombrar/ pero acontece”. Así, ésta es una celebración, una invitación a Bagazo, a “puertas que prometen todos los destinos”.

http://www.youtube.com/watch?v=eimjmlWiP9I

http://www.youtube.com/watch?v=7TMoy6DNTO4

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