Angel blanco
Casa de muñecas
Las muñecas de esta casa recuerdan a la guerra
que cuenta a los escondidos uno, dos, tres…
dejándolas sin habla y votos para el juego.
Los habitantes de esta casa
después de conocer los misterios de la alacena
la intriga de cartas de antaño
cosechan una TV enorme.
Escuchan las noticias:
la vanidad o la injuria de los guerreros
se lamentan y maldicen a la locutora
quien sonríe frente a una choza sin techo.
A medianoche muñecas y hombres se despiden
para que yo resuelva como salvar el planeta
o invente poemas que alivien el miedo.
Fabulan rezos para las palomas,
y creen en el hombre mudo
de manos que maduran el fruto.
Cooperan sin éxito para que canten mis dedos
pero me voy a oler las vicarias y los jazmines de abuela
a ver la noche
esperanzada en que es infinita
soplo a los astros, desafino
me interpongo al celaje de la luna.
Ya vendrán, vendrán mensajeros o mi hombre
Si evito al irresponsable descarrilar el tiempo,
Más no compongo palabras y desespero
acunando a las muñecas abandonadas
que corren por el pasillo
y sueñan.
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