VIENDO PASTAR LOS VIVOS



MONÓLOGO EXTERIOR VIENDO PASTAR LOS VIVOS

The mortgage of the dead is known.
Carson McCullers

para José María y Oilda, que, sin mirar, me ven


Los muertos no saben que lo son
hasta que se asoman al espejo;
hasta que hunden las manos en el agua;
hasta que exigen su lugar en la mesa,
la música querida, los vencidos retratos

El azogue les devuelve otro rostro;
el agua no los alivia –ni siquiera los roza–;
y en la mesa los jóvenes beben con profundidad,
escuchan discos estridentes,
se toman instantáneas

Los muertos no sienten ya rencor,
no experimentan placer
si el viento, inútilmente, intenta despeinarlos

Los muertos no leen sobre el hombro,
no codician la mujer del hijo,
no cruzan la calle a contramano,
no se arrepienten, no besan, no se dejan odiar,
no sorben, ruidosos, la sopa indefinible
Los muertos no pueden asentir,
no se dejan querer
–mucho menos invocar–

Los muertos pierden la preferencia del color,
pierden la acidez del sexo,
los deseos de derribar una puerta a patadas

Los muertos son inofensivos,
no pueden votar, no se pronuncian en congresos,
no marchan por las calles gritando soledad

Los muertos los miramos vivir, enternecerse,
los escuchamos fingir que todo ya está dicho,
los comprendemos, con sonrisa cómplice,
desde el fondo de los espejos,
desde el recuerdo de la calidez del agua,
desde los compases del vals que bailamos
cuando los soñábamos a ustedes,
desde los amarillos, ilegibles retratos
donde esperamos para siempre.

Alex Fleites 

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