Lo que me aterra es el tiempo




Lo que me aterra es el tiempo. Este que dispongo sin ordenanzas, el recuperado y absoluto tiempo sin que tenga que levantarme al amanecer, y me digan de archivar documentos, este donde puedo escribir cada palabra con el deleite de omitir coma, punto, entre paréntesis…

El tiempo que pasé buscando horas, donde insistí en esperar su llegada a casa, el que le vi dormir, reír... Ese descarado infierno de otra mirada en “mi bien” entrecejo y rasguño de excitación… Yo nunca he sido ascuas, siempre frágil hasta en la llama.

El tiempo de comienzo: duda, y guerra en ciudad santa; bombas sobre mi cabeza, asaltos de vientre, aterrado temblar en la premonición, no creo que sea él, lo es…y desteñir oleos para cultivar Don Juanes… él lento, desciende en una gare del norte, hierros forjados y vitrales de luz tamizada,resoplidos de vagones chirriantes imponiendo el filme de tren sobre mi cuerpo.

El tiempo de fabricación, de experimento- sin reflexionar aúnas genes desconocidos por los médicos, adn salvadores, mutantes-, de inventos, de moradas y caminos donde iría de la mano... El destiempo que afiebra, agrieta, envejece pues no había NADA oportuno, bien puesto, ni sabana, ni cama, ni mesa, ni mi morir.

Este tiempo posado en mi nariz se bifurca en hacer, hacer, hacer un cuento, dejar de vivir leyendas, apalpar el derrotado aliento, el abandonado en la ya distante y bien amada Madrid y saltar, saltar sobre escombros, dicen, “parece vivir”.

El sol impone una primavera cercana, con avecitas, flores y marejadas. Hay menos olor a muerto y heme encerrada con el tiempo denso, en una caja a lo Malevich. Dispongo -aristócrata de letra-, pluma de tinta negra a la mano, papel blanco y óleo para que quede, mas que cuadro, obra.

Cuanto imperceptible desespero. Al ofrecerme el péndulo, acepté el suplicio. Que no me contraríe la libertad del minuto...entrechoco dientes. Duele. Ese tiempo sin ti.










con Cyril y Line a la playa, el sabado ultimo....

Commentaires

Anonyme a dit…
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta de que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Anonyme a dit…
marga, tus escritos tienen ese don de impresionar poéticamente y cuando menos te lo imaginas sales con esas frases refrescantes, como "con avecitas, flores y marejadas"
te disfruto mucho.
un beso mujer
Anonyme a dit…
He visto, esa foto en la playa y me parece hermosa, eres muy afortunada de vivir al lado del mar con esa brisa que te acaricia, ese olor tan caracteristico de olor a mar, sal y arena. Tienes un color de piel envidiable asi como tua aspecto, si lo que reflejas en tu físico es lo mismo en tu interior te digo que estas en plena forma...
Jorge Ignacio a dit…
Hola, Margarita. Me he despertado hoy con tu visita a mi blog. Tu nombre lo recuerdo perfectamente, pero tu rostro´me resulta un poco confuso. Sé que te conozco, ¿no es cierto? He leído algunos de tus textos aquí y son el mejor ejemplo del intimismo de un blog. No estamos tan lejos. Si algún día vines por Barcelona estaré encantado de recibirte. Te adelanto mis saludos y buena suerte. Ya veo que el frío para ti no es ningún problema.
Tienes a Grettel de lectora, una amiga mía.
Anonyme a dit…
!Que pena la muñeca de porcelana metida dentro de una bola de cristal y perderse lo que puedes ver, degustar,oler, sentir y tocar¡

Te digo lo que decía Pablo Neruda en uno de sus poemas:

Quiero que conozcas
y llegues a hacer tuyas
las cosas básicas,
de todo adorno limpias
y de toda doblez ya cercenadas:
el mar, la tierra, el hambre,
el sexo, la muerte y el dolor.
Yo sé que siempre has vivido
en la penumbra de las grandes ciudades,
pero tienes el corazón lleno de espigas
y colmadas tus venas
de una ansiedad bucólica.
Quiero que te enseñen
su canto los alisios
y que te enamores del mar.
Quiero que dejes a un lado las sandalias,
que tus pies desnudos a toda hora sientan
el roce de la tierra,
el latigazo de los guijarros ocultos en la playa,
la caricia empalagosa de las algas
escapadas del mar a las arenas.
fotosbrujas a dit…
Hola , me ha encantado saberte entre mis vistantes, te seguiré de cerca
solo tengo una duda:

¿cuandto se tarda en llenar un zepelin de aire?

saludos brujos
Grettel y Jorge Ignacio les abrazo con ese alivio de estar entre amigos de mucho tiempo...

Gracias Borges por tu sabiduria; Tete, mi querida amiguita de Madrid y del trabajo tengo muchos deseos de verles, extrano a Madrid, y sus risas. Y ya no tengo a Mariajesu para que trabaje mis escritos, ni a Pilar para confidencias, ni a Ana para desconectar en los parques de la Castellana, ni a Custo como un hada madrina, ni a Fernando metiendome sustos...el nene de Gema estara grandisimo y LOla estara cansada de oir mis cuentos...se les quiere.

Cuentos de brujas, Santi, es un honor, nunca me habia sentido tan agradecida delante de una obra como la tuya, quizas hasta te dedique un post. Gracias.
Anonyme a dit…
como puedes andar vestida estatua silvestre

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